El pleno fue ayer bronco en algunas fases, por factores externos e internos, y por el principal tema a tratar, la posible municipalización de Limasa. Las críticas al regidor por el anuncio en el Debate del estado de la ciudad fueron unánimes, «una cortina de humo» para no hablar de los problemas de la ciudad, y también agrio fue el mano a mano entre Francisco de la Torre y el líder de la oposición, Daniel Pérez. Al segundo, el alcalde le pidió que se abstuviera en su moción sobre Limasa para sacar adelante el asunto, pero Pérez se negó, y el regidor lo acusó de desleal. El portavoz socialista habla del regidor ya en pasado y, en cada pleno, sigue entonando la misma canción. «Ojalá hoy, lo único reversible fuera usted», llegó a decirle en relación a ligar el futuro de Limasa con las encuestas ciudadanas y, si no hay satisfacción, la reversión del modelo público al privado.

También agrio fue el enfrentamiento entre el alcalde y los bomberos. Estos tuvieron que entrar de cinco en cinco en el pleno y acompañados por policías locales y exigieron, a viva voz, al alcalde que se sentase ya a negociar con ellos. Lo hicieron de pie y con vehemencia, y el regidor los expulsó a todos, identificables porque llevaban el típico chaleco amarillo. Málaga Ahora se quejó de que también echaron a uno de los suyos, que luego entró y se dedicó a hacer fotos de los periodistas y los técnicos municipales. ¿Para qué las querrá? El desalojo fue tenso, un bombero se cayó y otro le pedía a un agente que no le tocase. Todos los partidos de la oposición se quejaron del desalojo, pidieron flexibilidad al regidor malagueño y mostraron su solidaridad con los bomberos, que pasaron la noche frente al Ayuntamiento pidiendo que se sienten a hablar con ellos.

«Diálogo y negociación con el comité de empresa, ya toca»; «Nos estás tratando como delincuentes» o «Basta de represión», fueron algunas de las proclamas de los bomberos durante el desalojo, después de dormir frente al Ayuntamiento para seguir protestando.

El regidor dijo que el pleno no puede ser interrumpido, porque representa a la ciudad, y «es una falta de respeto».

Una comida a tres bandas

La anécdota llegó cuando Juan Cassá, contrario a municipalizar Limasa, le dijo al alcalde que se había jugado una comida con Eduardo Zorrilla a que el regidor era incapaz de dar este paso antes del fin del actual mandato. Zorrilla le dijo a De la Torre que había apostado por él y el alcalde le contestó que no le defraudará. Fue uno de los momentos en que hubo risas. Luego, volvió el plomo al ambiente y, en la moción del Astoria, viendo que el concejal socialista Francisco Conejo, alto cargo del PSOE andaluz y portavoz en la Diputación Provincial, no paraba de hablar, el alcalde, en tono profesoral, le dijo: «Señor Conejo, ¿usted podría comportarse como es debido?», a lo que Francisco Pomares añadió: «No suele venir, pero cuando viene viene a molestar».

Hubo que suspender el pleno a las doce en punto para izar la bandera LGTBI, mientras que también se prestaron a la confusión las palabras de Sergio Brenes sobre su discurso en el pleno de enero de 2018 cuando leyó discursos del general Queipo de Llano. No quedó muy claro si se refería a que en el acta le habían atribuido esas palabras a él o a que parecía que él se las había atribuido al exministro franquista Utrera Molina. La Memoria Histórica provoca urticaria a algunos concejales y eso se notó. El alcalde también jugó al despiste y no desveló qué hubiera votado cuando se debatió la retirada de honores a Utrera, pero sí que se replantea su abstención. Pese a la bronca, hubo varias mociones que salieron con el apoyo unánime de los grupos y el pleno terminó a las dos y media, un récord histórico, y eso que empezó tarde porque el Windows se estaba actualizando y luego hubo un problema de sonido.