Desamparada. Así se siente una pareja malagueña que acaba de tener a su hijo a principios de este mes de agosto. Un momento que llevaban mucho tiempo esperando y que tenía que haber sido simplemente feliz. Antonio y Carmen (nombres ficticios) son una de las veinte familias españolas que están atrapadas en Ucrania con sus bebés nacidos en ese país por gestación subrogada, ante la negativa de las autoridades consulares de España a tramitar la inscripción en el registro civil de los recién nacidos. Una complicada situación que a día de hoy nadie sabe cómo ni cuándo se solucionará.

Esta familia malagueña llegó a Kiev hace cinco semanas con todo preparado para recibir a su hijo. En la agencia ya le adelantaron que el consulado español estaba tardando en dar cita a las parejas para los trámites de inscripción pero nunca pensaron que se encontrarían en esta situación. De hecho, cuando iniciaron el proceso de maternidad subrogada les dijeron que tendrían que estar en Ucrania en torno a tres semanas.

Desde el piso en el que están alojados en la capital ucraniana explican a La Opinión que el proceso habitual consistía en que el padre iba al consulado tras nacer el bebé, se hacía una prueba de paternidad que se analizaba en un laboratorio de Madrid y al llegar los resultados se emitía la inscripción del niño en el registro civil consular y se le otorgaba el pasaporte para poder volver a España. Pero, desde el pasado 5 de julio, el consulado dejó de tramitar la documentación de los bebés nacidos por gestación subrogada, argumentando que las pruebas de paternidad violan la nueva Ley de Protección de Datos de la Unión Europea, en vigor desde mayo. Las autoridades españolas dicen que el ADN es un material sensible que no puede ser tomado de acuerdo a la nueva normativa.

«Sólo pedimos que a estos niños se les pueda inscribir en el registro civil porque, según la legislación española, son españoles», explica esta madre malagueña. «Estos niños son ciudadanos españoles diga el Gobierno lo que diga. La nacionalidad se obtiene por nacer en España o tener padres españoles», añade.

Ucrania, el país elegido por Antonio y Carmen para tener a su hijo, es uno de los pocos de Europa donde este método reproductivo, denominado también ‘vientre de alquiler’, está regulado por ley y permitido para extranjeros.

Por eso, esta familia defiende que no ha cometido «ninguna ilegalidad» y no entiende este cambio del Gobierno «de la noche a la mañana», sin avisar ni dar algún tipo de «moratoria». «No somos sólo nosotros; en septiembre vendrán otras parejas y en octubre otras. No nos puede pillar aquí en el limbo», se lamentan.

"Sin sanidad ni vacunas"

Aunque no tienen problemas en cuanto al alojamiento y la manutención, gestionados por la agencia ucraniana durante el tiempo que tengan que estar en Kiev, sí apuntan que no se puede dejar a estos niños «sin sanidad o sin vacunas». «Estamos atrapados, sin saber cuándo podremos volver a casa. Tienen que darnos una salida», afirman desesperados.

Ayer mismo intentaron de nuevo obtener información pero el cónsul de España sólo les dijo que está «esperando órdenes del Ministerio», emplazándoles a volver al consulado en septiembre.

Al margen del debate ‘maternidad subrogada sí o no’, esta pareja malagueña insiste en que necesitan una solución ya. Por ello, han contactado con algunas de las familias españolas afectadas «para ir todos a una».

Nunca se imaginaron que el nacimiento de su hijo sería noticia. La única primicia que querían dar a sus familiares y amigos es que su bebé estaba sano y la fecha de su vuelta a España. Pero de momento tendrán que seguir esperando. «Lo único que queremos es volver a casa con nuestro hijo y retomar nuestra vida», concluyen.