La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha absuelto a las 17 personas que fueron enjuciadas tras la operación Troika, desarrollada en junio de 2008, al no considerar acreditado que «prestaran su cooperación o asistencia profesional» desde España a las organizaciones de la mafia rusa Tambovskaya y Malishevskaya. Esta operación, que sumó detenidos en Málaga, Madrid, Palma de Mallorca y Alicante y fue considerada en su momento como el mayor golpe a la mafia rusa en España, se saldó con el procesamiento de 26 personas, incluidas el capo Gennadios Petrov y sus principales lugartenientes. Sin embargo, no llegaron a sentarse en el banquillo y fueron declarados en rebeldía, por lo que al final se enjuició a 18 personas aunque sobre uno de ellos fiscal retiró la acusación y su caso fue archivado.

Fiscalía Anticorrupción solicitaba penas de hasta cinco años de cárcel por asociación ilícita y delitos continuados de blanqueo de capitales. Consideraba que integraban una estructura que habría blanqueado en España grandes sumas de dinero procedente de la comisión de asesinatos, palizas por encargo, contrabando o tráfico de drogas. Habrían contado para ello con asesoría jurídica, contable y fiscal, así como con servicios de traductores para estas actividades. Sin embargo, la sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Ana María Rubio, no ve probado que estos 17 individuos colaborasen para «recibir en España o gestionar desde aquí el capital y patrimonio ajeno» fruto de actividades delictivas de esas mafias para reinvertirlo o emplearlo de otra manera. Tampoco considera acreditado que hubieran participado en la dirección y control efectivo de una serie de sociedades inmobiliarias y de inversiones utilizadas.

Los hechos probados relatan que en 1996 Gennadios Petrov, junto con Viktor Gabrilenkoz y Serguei Kousmine, los tres en rebeldía, se trasladaron a España y se instalaron en Marbella. También en los 90 llegaron a la provincia de Málaga los rusos Alexander Malyshev y Olga Solojeva, a quienes tampoco se juzgaba en esta causa, mientras que el acusado Juri Salikov lo había hecho en Palma. «Todos ellos se conocían y desarrollaron tanto en España como en el extranjero actividades empresariales, crearon sociedades mercantiles y recibieron capitales procedentes de cuentas bancarias abiertas en distintos países que invirtieron en España, para lo que en ocasiones contaron con los servicios de asesoría jurídica, contable y fiscal de profesionales y de la asistencia de traductoras del idioma ruso y secretarias», dice la Sala. Lo que no está acreditado para el Tribunal es que los enjuiciados «prestaran su cooperación o asistencia profesional para recibir en España, o gestionar desde aquí, el capital y patrimonio ajeno a que se refiere este procedimiento procedente originariamente de cuentas bancarias en el extranjero y fruto de actividades delictivas de las organizaciones criminales Tambovskaya y Malyshevskaya, que operaban en la extinta Unión Soviética y Federación de Rusia».