El desabastecimiento de medicamentos esenciales está sumando nombres a la lista de marcas con problemas de suministros. Según los datos publicados por la Agencia Española de Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), sólo durante el primer semestre de este 2018, han sido registrados 583 problemas, de los cuales se pudo solventar el desabastecimiento en el 64,8 % de los casos.

El correcto aprovisionamiento de los medicamentos es un elemento esencial que debe garantizarse desde la prestación sanitaria. Los problemas de suministros limitan el acceso de los pacientes a los tratamientos que se le hayan prescrito y como consecuencia, podría tener impacto directo sobre la salud. Cuando se produce una carencia, esta es comunicada a la AEMPS, bien por las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, cuando las detectan, o bien por los titulares de la autorización de comercialización, los cuales están obligados a informar sobre cualquier restricción anormal en el suministro de sus medicamentos.

La distribuidora farmacéutica Bidafarma llama a la tranquilidad, ya que siempre existen alternativas igualmente eficientes para continuar con los tratamientos. «Entendemos que puede causar inquietud, porque existen casos puntuales en los que se han dado altos picos de desabastecimiento de algún medicamento, pero ello no implica que las personas vayan a quedarse sin estos, ya que se puede recurrir a otras opciones con los mismos componentes. Simplemente, no es el mismo nombre, pero la composición sí», afirma Nacho Pérez, director de comunicación de la distribuidora.

La falta de medicamentos es una problemática global, que está afectando a numerosos países. En el caso de España el conflicto se ve intensificado por los bajos precios y la subasta. «Este aprovisionamiento depende directamente de los laboratorios, ya sea por motivos de producción o en ocasiones, por la falta de producto activo en sus fábricas.

Además, a esto se le suma que en ocasiones y debido al valor a la baja de los medicamentos y las subastas, hay empresas a las que comercializar sus productos en nuestro país no le es rentable, por lo que terminan retirándolos», señala Pérez.

Entre las marcas más conocidas que se han visto afectadas por estas carencias se encuentran Dalsy, Nolotil, o incluso la propia vacuna de la gripe. Nacho Pérez destaca que «la gran demanda de esta inyección en estas fechas ha hecho que las farmacias no tengan stock, pero esto no significa que el sistema público sanitario no disponga de ella. De hecho, la sanidad pública siempre tiene garantizado este abastecimiento, debido a que el sistema de aprovisionamiento es diferente del que se realiza en torno a las farmacias».La subasta en Andalucía

La implantación de esta forma de actuación por parte del Gobierno andaluz, permite comprar a gran escala aquellos medicamentos que suelen prescribirse más frecuentemente en el sistema público con el fin de reducir el gasto farmacéutico, ajustando el precio a la baja con los laboratorios.

El problema que genera la subasta es que limita la variedad de medicamentos que se ponen a disposición del usuario y obliga a las farmacias a proporcionar un tipo específico de producto, creando un estado de dependencia dentro del sector. «Nosotros estamos obligados a dispensar el medicamento que esté incluido en la subasta. Si por cualquier motivo éste no estuviera disponible, la Ley de Garantía nos permite realizar la sustitución de ese productos con arreglo a lo que dice la ley, pero ello hace que se esté más expuesto a un posible escaseo», afirma Francisco Florido, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga.

Según el listado generado por el Consejo General de Colegios Oficiales Farmacéuticos, sobre el desabastecimiento en Andalucía, en noviembre, de los 50 primeros medicamentos que la conforman, el 40% forma parte de la subasta, pero a pesar de ello, Florido aclara que «existen alternativas eficaces a los productos que faltan».

@Rocio_Moron