Sus notas superan el 9 y algunas de ellas llegan al 10, pero además, han tenido que superar importantes barreras personales para alcanzar las primeras la meta.

La Junta de Andalucía acaba de destacar a cuatro alumnas del Instituto Gaona en los primeros premios al esfuerzo y superación personal en Educación Secundaria Obligatoria para personas adultas. El premio incluye una gratificación de 500 euros.

Lo llamativo es que, de las veinte personas galardonadas de toda Andalucía, cuatro son alumnas del Instituto Vicente Espinel (Gaona) y además, están entre los diez primeros puestos. «Es la mayor alegría, no nos lo esperábamos», confiesa sonriente Francisco Pareja, jefe de estudios de adultos del instituto.

Para más satisfacción, encabeza la clasificación una alumna del Gaona, la melillense Hafida Abdelkader, de 41 años, vecina en Málaga desde hace casi 18 y madre de cuatro hijos.

«En Melilla estudié hasta octavo de EGB, me casé, luego mi marido se puso muy enfermo y nos marchamos a Málaga por trabajo. Tuve que tirar de toda la familia, porque mi marido no podía trabajar, le han operado seis veces», cuenta.

Hafida ha trabajado estos años de cocinera y limpiadora (en Melilla se sacó el carné para moverse mejor por Málaga) y un día, escuchó que se podía sacar la ESO para mayores de 18 años en el Gaona.

«Mi marido me animó , aunque yo pensaba que era imposible que lo terminara, que no iba a llegar», sonríe. En concreto, como el resto de las premiadas, estudió en un solo curso, el 2017/18, el equivalente a 3º y 4º de la ESO. Hafida se quita méritos y cree que todo se ha debido al apoyo de los profesores. «Ha sido gracias a ellos, hemos tenido su confianza y apoyo y ha sido como estar en casa, te sientes cómoda», cuenta.

Por cierto que recuerda los exámenes con los mismos nervios que en la niñez.

La tercera mejor puntuación de estos premios ha sido para Mariama Drammeh, de Gambia, una joven de 31 años que hace tres, cuando llegó a Málaga, cuenta que «no sabía ni mú» de español. Si vino a España fue por amor, pues en su país conoció a Manolo, el voluntario malagueño de una ONG con el que contrajo matrimonio.

Mariama estudió español en una academia de idiomas y en la ONG Málaga Acoge y, finalmente, dio el paso y entró en el Gaona. «Los principios fueron muy difíciles, pero lo intenté». La joven de Gambia, que ya ha pasado el examen para conseguir la nacionalidad española cree que «cualquier persona que quiera hacer cualquier cosa, con esfuerzo y motivación, puede».

El séptimo puesto ha sido para Famma Mohamed, melillense de 45 años, madre de dos hijos, que se separó de su marido y marchó a Málaga con su madre, «a empezar de cero una nueva vida», después de dedicar toda su existencia, «a cuidar de mis hijos y de mi casa».

Famma se emociona cuando recuerda tantos obstáculos superados porque, «siempre había tenido muchas ganas de sacarme los estudios pero nunca había podido». Por eso destaca: «Uno puede, con empeño, cuando es constante y quiere».

Por teléfono, pues la cita con La Opinión le coge trabajando, habla Detelina Tenislavova, una joven búlgara de 29 años que ha quedado la número 10 entre los 20 premiados. En su caso, vive en Málaga desde 2008. «Me enamoré de Málaga», dice. Pese a haber estudiado la Secundaria, al marchar a España no realizó un importante examen en Bulgaria y no le dieron el título. Ahora, se ha sacado esa espina estudiando por las noches, pues tiene un niño pequeño.

Las cuatro alumnas miran el futuro con ilusión: a Hafida Abdelkader le acaban de contratar como cocinera y Mariama Drammeh estudia un grado medio de técnico en operaciones de laboratorio químico («Siempre me ha gustado mucho la ciencia»), confiesa. Por su parte, Famma Mohamed estudia para técnico de farmacia y para farmacia y Detelina Tenislavova, que trabaja en una tienda de ropa, estudia el B1 de inglés y quiere sacarse el Bachillerato.