Corrían los años 70 del siglo XIX. El general Serrano hacía frente a las insurrecciones político-sociales que desangraban el país y sus colonias. Málaga no se quedaba atrás. Su problemática social provocaba lucha y enfrentamiento. Muchos hijos quedaron sin padres. Ante esta situación, un sensible y avispado sacerdote malagueño, Eduardo Domínguez Ávila, cura ecónomo de la Merced y canónigo de la Catedral, fundó en 1871 el asilo de San Bartolomé para niños huérfanos y pobres de Málaga y su provincia. Plaza Montaño, calle Gigantes y el Camino de Casabermeja fueron escenario de esta iniciativa. Este sacerdote, debilitado de salud, dio paso a la gestión de un Patronato Diocesano. Este buscó quién se hiciera cargo del establecimiento€ Padres Somascos, La Salle€

El 16 de febrero de 1881 llegaba a Utrera la primera comunidad de los Salesianos en España. Congregación que había fundado Don Bosco en Turín dedicada a los niños pobres y obreros. Enterado Manuel Górnez-Salazar, obispo de Málaga, envió a Juan Franco Pró para comprometerlos. Juan Cagliero, delegado de Don Bosco y más tarde obispo y cardenal, fue el primer salesiano que pisó tierra malagueña a principios de marzo de 1881. Tanto el salesiano como el Patronato Diocesano quedaron encantados. Juan Cagliero, escribiendo a Don Bosco, llegó a decir que el ambiente que había encontrado era «el más parecido a Valdocco» (barrio de Turín en el que comenzó Don Bosco su labor). Don Bosco aceptó enviar «sus» salesianos. Las tratativas duraron casi dos años. Por fin los salesianos se hicieron cargo del asilo de San Bartolomé el 1 de febrero de 1883. Juan Branda, el primer director salesiano en España, fue el encargado del mismo. Un desarrollo espectacular en talleres, educación, cooperadores€ aunque la gestión de la orientación educativa de la institución estaba aún por clarificar. Al no llegar a un acuerdo la comunidad se retiró. El 1 de septiembre, Ernesto Oberti devolvía a manos del Patronato que quedó apenado y volvió a buscar alguien que se hiciera cargo (Hermanos de San Juan de Dios 1883-1895).

Casi un decenio más tarde, ante el empeoramiento de la situación de la infancia pobre y obrera, el entonces obispo Marcelo Spínola, la Liga contra la mendicidad infantil -Francisco Massó- y un grupo de personas sensibles al tema, deciden poner en marcha una iniciativa para atajarla. Piensan en los salesianos y tratan con el entonces inspector de los salesianos Felipe Rinaldi.

El 7 de diciembre de 1894, llegan procedentes de Italia en el vapor Cataluña, el sacerdote Epifanio S. Fumagalli, que será el primer director, y el joven novicio coadjutor Antonio Cotta. La obra es nueva y está todo por hacer. Rápidamente remodelan una antigua fábrica de Jabón (San Ignacio) ubicada en la Cruz Verde entre calle Los Negros y Carrión que cede Ventura Terrado González, viuda de Enrique Sandoval y Manescau. Se llamó Oratorio Salesiano de San Enrique. El 19 de diciembre toman posesión los religiosos y el 20 de enero de 1895 se inaugura oficialmente con la presencia del obispo. Unos dormitorios para niños de la calle, unas clases, una capilla, una banda de música, la presencia de María Auxiliadora en 1897, rotular la calle Refino como calle Don Bosco en 1896,€ En el curso 1897/1898 llegó a 80 internos y 250 en la enseñanza elemental y primero de latinidad, todas gratuitas. Las iniciativas se multiplican y van transformando la fisonomía de un barrio muy depauperado.

Es tanta la confianza que van creando que en marzo de 1897, tras un acuerdo en el que queda clara su autonomía educativa, deciden poner de nuevo en manos de los salesianos el Asilo de San de San Bartolomé hasta el día de hoy.

*Pedro Ruz Delgado es salesiano, fomrados de prenovicios, antiguo director de la casa en Málaga