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Intelhorce

Cuando se comienza el ascensor por el tejado

Los vecinos del número 14 de la calle José María Jacquard critican la lentitud de las obras de un ascensor, promovidas por el IMV, que comenzaron a ejecutarse en junio del año pasado y calculan que sólo han tenido un mes y medio de obra efectiva

Cuando se comienza el ascensor por el tejadoArciniega

«Mi niña tiene 7 años y se cayó de cabeza a mitad de la escalera. Cuando pasó esto me dije: hasta aquí hemos llegado, porque además se han caído más personas por la escalera y tienen el parte de accidentes», cuenta hace unos días José Antonio Viruel, presidente de la comunidad de vecinos del número 14 de la calle José María Jacquard, en la barriada de Intelhorce.

La escalera a la que hace referencia es la que sube a las cuatro plantas de este bloque, inmerso en unas obras para instalar un ascensor desde junio de 2018, aunque como señala el presidente, «desde entonces hasta ahora, si juntamos todos los días la empresa que instala el ascensor habrá trabajado en total un mes y medio».

Las obras, explica el presidente, han sido promovidas por el Instituto Municipal de la Vivienda, que costea el 50 por ciento de la instalación, mientras que el resto lo pagan los vecinos. «En total tiene un coste de 50.000 ó 60.000 euros», calcula.

La indignación de los vecinos con la empresa que instala el ascensor es doble, primero por las pocas semanas de obra efectiva en estos nueve meses largos de obra y después, por el orden en que la han ejecutado.

«Lo primero que hicieron fue el foso para el ascensor y luego la escalera, que la dejaron sin finalizar. Yo les dije que no replantearan la escalera hasta que no hicieran el ascensor», comenta José Antonio Viruel, que precisa que para adecuar la altura de los peldaños al ascensor que se podrá coger en cada planta, hubo que hacer esta obra, que todavía luce los ladrillos desnudos en cada peldaño. En su opinión, no había que haber hecho la escalera tan pronto sino centrarse en el ascensor.

Esta situación la sufre la vicepresidenta del bloque, Conchi Sánchez, que tiene a sus dos padres octogenarios sin poder salir de casa desde que empezó la obra, salvo cuando la ambulancia les traslada para algún chequeo. «Ya no bajan, están encerrados arriba porque esta escalera en esta situación no da seguridad», lamenta.

Tampoco la da el foso del ascensor, al que le han colocado unas tablas de forma bastante precaria para evitar accidentes. «Un niño se puede colar por ahí. Así llevamos desde junio», recalca José Antonio Viruel.

«Al final, los que pagamos somos los vecinos. El Ayuntamiento nos tenía que informar más», cuenta José Moreno, un vecino. Para el presidente del bloque, el Consistorio debe obligar a la empresa adjudicataria a terminar de una vez la obra.

Una portavoz municipal informó ayer de que el IMV está «encima de la empresa para que agilicen las obras», que se espera que terminen en abril.

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