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Precampaña

"La eléctrica que la patria se merece"

Pablo Iglesias dibuja en un acto en Málaga su proyecto de país y aboga por la creación de una empresa de energía pública para abaratar el coste de la luz

Acto de Pablo Iglesias y Alberto Garzón en la UMA

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Normalmente las precampañas y campañas electorales y sus actos se caracterizan por una elevación teatral de las propuestas, canalizadas a través de discursos de aliento cercano y mitinero. En el mejor de los casos, los que ya llegaban convencidos se reafirman en sus ideas y salen nutridos de argumentos para influir en su entorno más cercano. Amigos, familiares o aquellos que acuden a las urnas, si lo hacen, a regañadientes. Ese empoderamiento para tratar de convencer se hace aún más importante cuando, como señala el CIS, hay una burbuja del 40% de indecisos, a la espera de ser pinchada. No hay que olvidar que en Pablo Iglesias, más allá del político, anida un alma de profesor, curtido en la lucha, sí, pero sobre todo en el estudio. Suele combinar y alternar el líder de Podemos y de nuevo aspirante a presidir el Gobierno de España estas dos facetas, dependiendo del entorno en el que se maneja.

No es lo mismo estar en el escenario de Vistalegre que sentado en un salón de actos de una universidad y era de sospechar que en su visita a Málaga, a la Facultad de Comunicación (FCOM), Iglesias iba a dar rienda suelta a su perfil más académico, con voluntad de patrimonializar los mensajes en una exposición puramente pedagógica.

Sospecha que se confirmó cuando tomó la palabra para coquetear de manera dialéctica con un auditorio que se mostró entregado desde los primeros compases. La organización cifró la asistencia en unos 400. Entre ellos, muchos estudiantes, aunque pudieron ser muchos más. La cola que se formó en la puerta principal de la FCOM llegó a abarcar todo un lateral frontal del edificio ubicado en el campus de Teatinos. No parece el portazo en la cara tras una hora de espera el mejor estímulo para ir a las urnas, pero está marcando la tendencia en esta precampaña en Málaga. Ya pasó con el mitin de precampaña de Pedro Sánchez en el Hotel Barceló, lo que permite concluir que las organizaciones de los partidos no se encuentran precisamente en estado de gracia durante esta precampaña.

Entrando en materia, Iglesias inició su intervención con una advertencia: «Tenía ganas de estar en un ambiente académico». Así, el líder de Podemos, que viene de aguantar momentos difíciles, salpicado de lleno por eso que llaman cloacas del Estado y con la necesidad de remar contra unas encuestas que no son boyantes, empezó a desglosar parte de su programa electoral, basándose en uno de los apartados que conforman el núcleo de las grandes políticas que quiere materializar si llega a La Moncloa: la estatalización de empresas en sectores estratégicos o, por contra, la creación de nuevas que «compitan de tú a tú con las privadas».

En un tono didáctico, facilitando continuos ejemplos para enfatizar su mensaje, Iglesias llegó a una de sus propuestas estrella para estas generales y que presentó ayer, y que pasa por la creación de una empresa de energía pública para competir con las eléctricas privadas. Según Iglesias, la única manera para abaratarle la factura al ciudadano. El líder de Podemos avanzó «Red Pública» como nombre para este conglomerado público. Una propuesta que solo sería capaz de encarrilar su partido. En este caso, la confluencia conformada junto a IU. Iglesias, con continuas alusiones al concepto de patria como él lo entiende, basado en la garantía de los servicios públicos y sin tanto apego por las señeras, explicó que esta empresa pública serviría para canalizar todas las políticas medioambientales: explotación de energías renovables y exclusividad del coche eléctrico para el año 2040. Volviendo al elevado precio de la luz, Iglesias apuntó que uno de los grandes problemas al respecto seguirían siendo las «puertas giratorias», nutriendo a consejos de administración de las grandes eléctricas. En este sentido, habló de «corrupción institucional legalizada» y prometió la prohibición expresa de esta práctica si después del 28 de abril entra como presidente en La Moncloa.

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