­Jean Monceu es uno de los máximos referentes de la tanatopraxia. En 38 años han pasado por sus manos miles de cuerpos, incluso el de Diana de Gales. El francés no dudó en colaborar con Parcemasa cuando le dijeron de impartir un curso sobre esta disciplina, pues ya habían colaborado para impulsar el Centro Internacional de Estudios Funerarios, que «va a permitir un encuentro entre personas de todo el mundo. Que esté en Málaga es muy importante». Andalucía ha aprobado recientemente esta figura y espera que España introduzca poco a poco esta técnica tan utilizada en Francia.

¿En qué consiste la tanatopraxia y en qué casos se realiza?

La tanatopraxia es una técnica que permite ralentizar el fenómeno de descomposición de los difuntos. Poco tiempo después de la muerte hay un proceso de descomposición natural y por razones como un traslado internacional o una reconstrucción de cara después de un accidente necesitamos practicar la tanatopraxia.

¿Es frecuente esta técnica en España?

En Francia e Inglaterra son técnicas que se hacen desde hace 60 años. Aquí en España no es tan frecuente la tanatopraxia porque el modo de conservación de los difuntos es el frío, por eso existe el túmulo. En Francia el túmulo no existe. Además en España el cuerpo se queda entre 24 y 48 horas nada más. En Francia tenemos los cuerpos incluso en el domicilio durante una semana. Es totalmente distinto y necesitamos de esta técnica de conservación para evitar todos los fenómenos desagradables.

¿Se completa con la tanatoestética?

La tanatoestética es el final de la tanatopraxia, que es una técnica que consiste en recuperar todos los líquidos biológicos como la sangre o el líquido del estómago, y la inyección intraarterial de un producto estabilizador.

¿Cómo decidió introducirse en este mundo?

Yo antes trabajaba en un servicio de reanimación y en cierto momento de mi vida no aguantaba bien el dolor, el sufrimiento... Entonces decidí cambiar totalmente y trabajar con las personas difuntas porque no hay ningún tipo de sufrimiento. Todo se acabó. Y me siento más tranquilo con un difunto que con un ser vivo al que le duele una fractura u otra cosa.

¿Es más fácil trabajar con los muertos que con los vivos?

Para mí es más fácil trabajar con un difunto porque no hay relación con la persona. Es súper tranquilo como trabajo.

En Andalucía se ha aprobado recientemente la figura del tanatopractor. ¿Es por ello que impartirá el curso en Málaga?

Es una apuesta de Parcemasa por la profesionalización del sector y a nosotros, como Instituto Francés de Tanatopraxia, nos interesa mucho la colaboración con Parcemasa porque es una empresa a la cabeza de todo este movimiento que mira hacia el futuro en el sentido de desarrollar nuevas técnicas en un ámbito que durante muchos años se quedó casi sin hacer nada. Por eso se interesó el Instituto cuando nos llamaron para colaborar.

¿En qué va a consistir el curso que va a impartir?

El curso trata de conservación y presentación de cadáveres. Es decir, tanatopraxia y tanatoestética. Todas las técnicas que permiten mejorar la presentación a la familia, que es muy importante para poder tener el círculo psicológico del duelo en la mejor condición.

¿Por qué diría que esta práctica ayuda al duelo de las familias?

Es una parte súper importante. Ver al difunto, darse cuenta de que la persona ha fallecido realmente, pero de una forma tranquila, con rasgos reconocibles. Que no haya marcas de sufrimiento, que la persona lleve la ropa que desea la familia, las joyas... Todo lo que representa a la persona.

Usted se encarga de ponerlos visibles para la familia, pero no le llegan así. ¿Cómo lleva esa parte?

Yo tengo la visión muy técnica. Me preocupo por saber cuáles son las técnicas que voy a utilizar para poder llegar a un resultado correcto para las familias. Yo no conozco a la persona, no es de mi familia. ¡Menos mal! Entonces puedo hacer muchas cosas que no haría por ejemplo con una persona de mi familia. Por eso esta idea de buena presentación sé, es cierto, que el resultado va a ser correcto y será muy importante para la familia, aunque no lo saben todavía. Han dejado a su ser querido con dolor, sudor y rasgos como ese debido a la muerte y nosotros con estas técnicas participamos en dar una mejor visión del difunto.

¿Es la propia familia la que decide si se lleva a cabo o no?

La familia puede pedir este tratamiento, las compañías de seguros pueden contratar a una empresa para que se haga. Incluso nosotros viendo el estado del cuerpo podemos proponer a la familia este servicio. Es un plus, pero no en términos económicos, sino para las familias.

¿Sería recomendable realizar esta práctica más a menudo en España?

Pienso que es importante, sí. Desde mi punto de vista tanatopractor y francés no estamos acostumbrados a cerrar el ataúd y que se presente a la familia una caja cerrada. Eso son costumbres de cada uno. Cada uno elige lo que quiere. No queremos obligar a algo, pero sabemos por experiencia, porque hemos trabajado desde hace 60 años en Francia y yo desde hace 38 años y sabemos que hay muy buenos resultados.

Ha trabajado con los cuerpos de personas muy conocidas como Diana de Gales. ¿Cómo es eso? ¿Le gusta trabajar más con personas desconocidas porque no hay tanta presión?

Exactamente. Es mucho mejor trabajar con cualquier otra persona. De todas formas, cualquiera tiene el mismo derecho a una presentación digna y correcta que cualquier reina o princesa. Para mí todo esto es más problemático que interesante. A mí no me interesa que la gente sea famosa. Era famosa, ahora está muerta... Entonces tampoco tiene mayor importancia. De todas formas, la vamos a tratar como cuando tenemos un cuerpo de una persona del servicio de beneficencia, donde atendemos a indigentes, etcétera. Los tratamos muy bien: les hacemos la barba, los peinamos... aunque nadie viene a verlos, pero nosotros sabemos que dentro de esa caja tenemos un cuerpo bien presentado.

¿Cuál ha sido su trabajo más difícil?

Ese tipo de trabajo con gente famosa porque la gente de alrededor te obliga, te presiona con el tiempo. Y eso preferiría que fuese de otra forma. Técnicamente no hay cosas súper difíciles, si es súper difícil lo decimos. No engañamos a la gente, no vamos a hacer promesas que no podemos cumplir después.

¿En qué casos no se puede llevar a cabo?

En accidentes de coches, quemados, gente que le falta materia y no podemos reconstruir porque no somos escultores...

¿Cree que el tema de la muerte sigue siendo tabú o lo hemos superado?

Cada uno tiene sus creencias, para unos está súper bien morir porque tenemos el paraíso. Otras personas no creen en nada, otros creen que el alma de la persona está en un árbol... Cada uno lo ve en su idea.

¿Y su visión de la muerte ha cambiado después de estar en contacto continuo con ella?

Yo tengo miedo a la muerte. Espero que llegue con el menor sufrimiento posible, eso es lo que me da miedo. Yo creo que todos esperamos que sea lo más tarde posible...