«Intento buscar espacios que no se hayan trabajado antes», explica Esteban Alcántara, historiador y militar malagueño de la cosecha del 53.

Con este objetivo, el que también es presidente de la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831 lleva varias décadas explorando caminos no trillados para desentrañar la vida de José María de Torrijos y Uriarte, el héroe liberal fusilado el 11 de diciembre de 1831 en la playa del Bulto, tras intentar rebelarse contra el rey Fernando VII.

Fruto de este empeño han sido los libros 'Del Charcón a la alquería: un camino para Torrijos' y 'Réquiem para Torrijos'. El pasado 21 de junio, en el Centro de Interpretación Histórico José María Torrijos -el viejo refectorio del convento carmelita de San Andrés- presentó un tercer volumen que tiene detrás 15 años de investigación: 'Torrijos y la Guerra de la Independencia' (Jákara editores) en el que escudriña el papel poco conocido del militar madrileño durante la invasión francesa.

Uno de los aspectos más novedosos de este ensayo ha sido la localización de los ancestros de Torrijos, un asunto en el que Luisa Sáenz de Viniegra, viuda y biógrafa del general, se mostró bastante parca para no restar méritos a su marido.

La sorpresa ha sido constatar que José María de Torrijos, aunque nacido en Madrid, tuvo profundas raíces malagueñas. De hecho, Esteban Alcántara ha seguido la pista hasta los primeros Torrijos, procedentes del pueblo de Toledo del mismo nombre, que siguieron a Gutierre de Cárdenas para participar en la conquista de Málaga por los Reyes Católicos en 1487.

Así, en el siglo XVI ya aparece afincada en Málaga la línea familiar de la que desciende de forma directa el general y no solo eso: «Esa rama directa está imbricada en la administración de Málaga».

Eso explica que el abuelo de Torrijos fuera malagueño, si bien el padre del general marchó a Madrid y por eso nació nuestro protagonista en la capital de España en 1791.

Pero hay más, porque el autor también ha comprobado que el famoso Lagar de Torrijos de los Montes de Málaga tiene ese nombre porque fue adquirido por un antepasado del héroe liberal. «Es una pregunta que me habían hecho muchas veces y ahora queda perfectamente demostrado».

Y aunque la viuda del militar había publicado la biografía en 1860, la trayectoria durante la Guerra de la Independencia había quedado ensombrecida por su trágico final como luchador por la libertad. «Por eso he intentando sacar a ese joven Torrijos y su propia transfiguración, porque el Torrijos que comienza a combatir con 17 años no es el mismo que termina con 23 y esas experiencias son claves en su vida», recalca el autor.

El historiador y militar malagueño también quiere resaltar de la trayectoria un dato muy importante: «Cumple como militar una particularidad que no la tiene otro español, porque se encuentra en Madrid en los acontecimientos del 2 de mayo de 1808 en el Parque de Artillería de Monteleón, detonante de la Guerra de Independencia, y es el último en entrar en España cuando acaba la guerra en 1814, porque le sorprende sitiando la ciudad francesa de Navarrenx».

Además, en relación con el 2 de mayo, el libro aclara por vez primera el papel de Torrijos en el Parque de Artillería de Monteleón -en el que se encontraban los famosos Daoiz y Velarde-, algo que no se encontraba en bibliografía alguna.

Otra novedad que detalla la obra es la estancia del militar madrileño en Cádiz, durante la proclamación de la Constitución de 1812. Como desvela el autor, José María de Torrijos vivió en la plaza de los Pozos de la Nieve, en donde también vivían el conde de Toreno y Agustín de Argüelles, con lo que hay evidencias de que convivió con los liberales de la Constitución de Cádiz.

Para seguir la trayectoria militar, Esteban Alcántara ha indagado en los archivos históricos y militares más importantes de España, pero además ha visitado, prácticamente, todos los lugares en donde Torrijos combatió a los soldados de Napoleón.

En los campos de batalla

«Cada vez que iba a un sitio contactaba con los historiadores locales, que me han aportado documentos, a veces relacionados directamente con Torrijos o bien me ha indicado las posiciones de la zona».

En este sentido, explica que su profesión militar le ha ayudado mucho a la hora de conocer los «razonamientos, errores tácticos y estratégicos» y también para abordar aspectos como la logística o el armamento.

Uno de los lugares más interesantes que visitó fue Tortosa, en Tarragona, «porque allí Torrijos hizo una salida muy valiente y arrojada». Ocurrió el 3 de agosto de 1810 y fue su segunda salida, en esta ocasión más allá del objetivo previsto, para profundizar en las líneas enemigas y causarles más daño. El joven coronel fue hecho prisionero aunque cerca de dos meses más tarde logró fugarse cuando estaba ya en territorio francés.

A la hora de localizar este campo de batalla, Esteban Alcántara recuerda que en nuestros días lo ocupan arrabales de Tortosa, «pero las grandes calles son los caminos de antes».

La arriesgada salida del coronel Torrijos en Tortosa fue contemplada por el brigadier británico Charles Doyle, agente de la War Office y gran amigo de España, que cuando se reencuentra con él le otorga un regimiento de infantería ligera con su nombre, el de los Tiradores de Doyle. Con respecto a este regimiento, el investigador malagueño ha tenido la suerte de localizar en el Archivo Histórico Nacional el diario de operaciones de los Tiradores de Doyle, firmado por Torrijos en todas sus páginas, lo que le ha permitido seguir su trayectoria durante la Guerra y el dato de la última misión antes de que finalizara la guerra: el mencionado sitio a Navarrenx.

Pero las aportaciones de libro no acaban aquí, porque Esteban Alcántara también ha indagado en la ascendencia americana, por parte materna, de Torrijos, lo que tendría consecuencias en su carrera militar tras la Guerra de la Independencia. Y además, ha localizado el lugar en el que se encuentra la tumba de su viuda, del que no se tenía constancia hasta esta obra.

En resumen, 15 años de investigación con provechosos frutos.