Rosa y Esther son dos malagueñas que aparentemente no tienen nada en común, pero que por circunstancias de la vida forman parte de la lucha contra el cáncer de mama, enfermedad que han vivido en primera persona. Forma ya parte de su pasado, pero aún sigue viva en su presente.

Estas dos valientes, a las que han acompañado otras tres mujeres más, han decidido marca su piel con un símbolo de su lucha, un lazo rosa. Durante esta semana, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el estudio Tattoo Stone realiza tatuajes reparadores totalmente gratis para todas aquellas que lo necesiten y, además, realizan diferentes estilos de tatuajes relacionados con el símbolo de esta enfermedad a precio especial.

«El lazo me lo he querido hacer por todas las valientes, por las que están», cuenta Esther. En el hombro lucirá siempre un lazo rosa con la palabra 'vive'. «Vive tal y como la vida te vaya surgiendo. Tienes que tirar hacia delante», sentencia.

Por su parte, Rosa llevará consigo en su mano un pequeño lazo rosa con un alfiler. «Para mí es como un símbolo que dice que de esta enfermedad se puede salir», cuenta. «Nos ha hecho mucha ilusión a todas salir juntas con el tatuaje. Somos como hermanas guerreras», recalca Rosa, que fue la precursora de esta iniciativa.

Junto a ella se encontraba su hermana, que ha decido acompañar a Esther y tatuarse en su piel la lucha de su hermana. A partir de ese momento, ambas compartirán un símbolo de lucha. Esther en el hombro y su hermana en el brazo: «Ha sido un momento muy emotivo. Las dos hermanas tenemos el mismo tatuaje y significa mucho para mí».

Las mujeres que se han decantado por hacerse un pequeño lazo han abonado 50 euros, de los cuales diez van destinados a la lucha de la Asociación para la Atención a Mujeres operadas de Cáncer de Mama (Asammar) y los más grandes a un precio de 85 euros, de los cuales 15 van para esta organización. Para Mariló Fernández, tatuadora en el estudio Tatto Stone, ha sido una jornada especial: «Estas mujeres te llegan, tienen mucho valor y con las que sueles conectar siempre».

Además, el estudio realiza tatuajes reparadores en el pecho de forma gratuita para aquellas mujeres que no puedan asumir el gasto. «El hecho del tatuaje reparador les da un valor añadido. Es una herramienta que puede aportarles mucho más», resalta Mariló Fernández.

La vida de Esther se paró hace ya dos años y medio, cuando notó un bulto en el pecho. Tras varias pruebas y diagnósticos erróneos, los peores temores de Esther se confirmaron: tenía cáncer de mama. En su caso, tuvieron que extirpar la mama completa, puesto que presentaba cuatro bultos y uno de ellos en estado avanzado. Tras 8 sesiones de quimioterapia y 15 de radioterapia, Esther puede seguir disfrutando de lo que más le importa: sus dos hijos.

Aunque ahora la vida le ha dado una segunda oportunidad, Esther tiene muy presente la enfermedad y recuerda que el camino no ha sido fácil: «Ha sido complicado con dos niños pequeños. He tenido que sacar fuerzas de donde no las tenía».

Aunque se centra en el presente, el miedo acecha por momentos, pero ella le planta cara. Ahora, disfruta con sus hijos en los entrenamientos de fútbol, ríe con amigos y conocidos, se centra en los pequeños detalles y vive el día a día.

Un duro camino

Una década separa esta historia de la de Rosa, otra superviviente de esta enfermedad. Para ella, supuso un gran impacto: «Yo no me creía lo que me estaban diciendo. Yo solo pensaba en mi pelo y en como decírselo a la familia», recuerda. Para ella, la quimioterapia era complicada, puesto que no se recuperaba del todo de una sesión cuando debía tener la siguiente.

«Cuando te lo dicen lo primero que piensas es que te vas a morir y no en que puedes sobrevivir», comenta. Aunque vive el presente con optimismo, nunca se siente libre. «Yo siento que estoy en un bombo y que me puede volver a tocar», admite.

Hace 12 años, Rosa lucía una melena oscura y rizada. Ahora, su pelo corto y liso ondea al viento. Ella no es la misma que entonces, al igual que tampoco lo es su pelo, pero no le importa, porque sigue disfrutando de su familia y de su vida.