Si algo va a dejar la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus son fuertes redes solidarias entre los vecinos de los barrios de Málaga. Y si no que se lo pregunten a los comerciantes del Parque del Sur y a dieciocho de sus vecinas, así como a otros voluntarios que se han afanado estos días por fabricar mascarillas que se dejan en los comercios que deben seguir abiertos y cuyos clientes pueden cogerlas a cambio de dejar algún alimento o donativo, que luego son usados para ayudar a quienes ya están en dificultades económicas, sobre todo los residentes que ya están inmersos en un ERTE.

Así lo cuenta María del Carmen Silva, propietaria de la tienda Antojos, de ropa y complementos, y una de las promotoras de la iniciativa. Colaboran también el estanco Montsa, la carnicería Jesús, la frutería Ángela, la droguería Pepe, la panadería Rando, y los comercios de ultramarinos Chico y las 'Tres M', así como varios voluntarios, entre ellos el dueño del bar CQC, amén de dieciocho vecinas que realizan las mascarillas y el salón de estética Carolina Pardo.

«La iniciativa comenzó porque hicimos un grupo de voluntarios para que los mayores no salieran de casa y hacerles las compras; nos llamaban por teléfono, nos dejaban en las puertas una bolsa con el dinero y les devolvíamos la compra de la misma forma. Casi todos los que estamos haciendo esto somos comerciantes, mi marido y yo tenemos una tienda de ropa, porque conocemos a los que viven en el barrio y nos preguntábamos cómo podemos ayudar», dice María del Carmen Silva. Poco después, un grupo de amigas empezó a hacer mascarillas en sus casas para que los voluntarios se protegieran, y cada vez más y mujeres se sumaron a hacer mascarillas, de forma que los voluntarios buscaban las telas y los elásticos para que pudieran dar forma este elemento de protección.

«Entre amigos y familiares afectados por temas de ERTE, sabemos que ya hay personas que están empezando a tener falta de recursos, porque no cobran el paro hasta el 10 de mayo y estaban teniendo problemas para pagar». A partir de ahí, idearon la fórmula de dejar cajas con mascarillas en los comercios del barrio que participan en la iniciativa y que no están afectados por el decreto, estas son recogidas por los clientes y comerciantes y, a cambio, pueden dejar un donativo o alimentos no perecederos, entre otros productos. Así, después se preparan cajas de alimentos para los vecinos que tienen una situación más complicada. Todo se hace, claro, de forma anónima, para que nadie conozca quién accede a estas ayudas alimenticias, «nos llama mucha gente». También buscan potenciales receptores a través de un grupo de WhatsApp de varias ONG, donde se les facilita quién ha llamado y pide ayuda. «No podemos ofrecer ayuda a largo plazo, pero hasta que les llega la ayuda de la Cruz Roja o del Ayuntamiento les llegan alimentos». «Todos estamos ayudando, todos los comercios, con comestibles, paquetes de arroz y fideos o se dejan más baratos los productos en algunos sitios. Llevamos las telas a las casas, recogemos los elásticos y dieciocho mujeres del Parque del Sur hacen las mascarillas, que son las que se cambian por alimentos. Todas las mañanas dejamos 20 o 30 mascarillas en los establecimientos, las personas las cogen y dejan lo que quieran».

En once días, estas mujeres han producido cada una por jornada 50 mascarillas, lo que da una idea de la intensidad de su compromiso y de su producción. También han colaborado con ONG de mucha tradición y renombre en el campo de la ayuda a los más vulnerables. «Nuestra idea es llegar al máximo número de personas, es una forma también de obligarnos los comerciantes a velar por nuestra salud y la de los demás usando mascarillas, no queremos que nadie salga del barrio para comprar, y, si van a comprar, que lleven sus mascarillas. Estamos haciendo hasta mascarillas para niños. Esta idea también se la ofrecemos a otros barrios, que nos copien, y podemos explicarles en un vídeo tutorial cómo nos hemos organizado».

Rosa del Mar Rodríguez, edil socialista, explica: «Una cadena es tan fuerte como sea el eslabón más débil de la misma y eso es lo que los vecinos y vecinas de Parque del Sur se han propuesto: formar una cadena lo más fuerte posible ayudando a sus vecinos más vulnerables con esta cadena de favores: mascarillas a cambio de alimentos para los más desfavorecidos».