La mayoría que se asegura el PP con Juan Cassá en la Diputación Provincial marcó un desenlace en el que Ciudadanos dejó claro que sigue a la gresca dentro del propio Gobierno al que aún apoya. Cassá se salvó con su propio voto. El apoyo a los populares del diputado no adscrito decantó la balanza para que su caso no fuese trasladado por la Diputación a la comisión del Pacto Antitransfuguismo, tal y como solicitaron en el Pleno los representantes del PSOE, Ciudadanos y Adelante Málaga.

La moción socialista a tal efecto no prosperó tras un pírrico 16 a 15 en una votación que casi no llega a celebrarse porque al presidente provincial, Francisco Salado, no le sentó bien la negativa inicial del portavoz del PSOE, José Bernal, a pronunciarse sobre su propia propuesta. Y es que, antes de que llegara el momento de votar, el cruce de acusaciones entre ambos había adquirido matices violentos.

El hecho de que Bernal acusase al PP «de preocuparse por el sueldo de Cassá abandonando a miles de malagueños y malagueñas que lo estaban pasando mal» suscitó el contraataque de Salado. El presidente de la Diputación respondió que Bernal había «cambiado de opinión en 50 días». «En cuanto Cassá se fue de Cs, usted se reunió con él. ¿Se reunió para hablar sobre el posible ascenso a Segunda del Marbella o la permanencia del Málaga? No. Se reunió para sembrar inestabilidad tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento de Málaga», agregó con acritud Salado.

Antes, el portavoz del PP, Francisco Oblaré, ya se había zafado de los ataques de Bernal recurriendo a 'El Quijote' cervantino: «No son gigantes, son molinos; no vea tránsfugas donde no los hay».

Mientras las réplicas entre PSOE y PP disparaban la agresividad, la intervención de Juan Carlos Maldonado mostró una vez más el cisma abierto por Cassá entre los socios de gobierno de la Diputación.

El vicepresidente de la institución por Ciudadanos abogó por que PP, PSOE y la formación naranja decidiesen en una reunión del Pacto Antitransfuguismo si el ahora diputado no adscrito es un tránsfuga: «Si se dice que no lo es, seguimos trabajando por Málaga como se estaba haciendo y si se acuerda que el suyo es un caso de transfuguismo, pues el PP tendría que recapacitar», aseveró insistiendo en la postura contraria a la integración de Cassá ya mostrada en otras sesiones plenarias.

De hecho, Juan Carlos Maldonado votó a favor de la moción presentada por el PSOE, lo que implicó que las fuerzas que iniciaron la legislatura en el Gobierno regresasen a posiciones antagónicas.

Por su parte, la portavoz de Adelante, Teresa Sánchez, lamentó «el desprestigio que está sufriendo la institución» tras los debates abiertos sobre «si Cassá es un tránsfuga o no»; sobre si debe seguir con su acta «porque a los diputados los eligen los partidos con un mecanismo antidemocrático en el que no participa la ciudadanía»; o «sobre el sueldo que va a cobrar y el cargo de confianza que tiene a su disposición, pues en las redes lo llaman el 'bienpagao' de esta Diputación».

El clima de enfrentamiento también se vio proyectado, con ciertas hechuras anecdóticas, en sendas intervenciones con las que el portavoz socialista abrió y cerró el debate sobre el posible caso de transfuguismo. Al inicio, José Bernal dijo «vamos a hablar un poco sobre Juan Cassá para que la bandada del Partido Popular -perdón, la bancada-cambie de tercio que lleva toda la mañana hablando del Gobierno de Pedro Sánchez».

Y al final, antes de llegar al cuerpo a cuerpo dialéctico con Salado, le afeó al portavoz popular Francisco Oblaré que imitase el acento gallego de Manuel Manquiña en la película 'Airbag'. Y, posteriormente, recurrió «a un cantante, en lugar de a un actor» para reprocharle al PP que entone la canción en la que Diego El Cigala, al son del piano de Bebo Valdés, se preguntaba aquello de «cómo se puede querer dos mujeres a la vez y no estar loco».