La crisis del coronavirus ha provocado en Málaga la mayor destrucción de empleo en un trimestre de la que se tiene constancia, y eso sin contar a las personas incluidas en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que, siguiendo la metodología de la Oficina Estadística de la UE (Eurostat) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), continúan siendo contabilizadas como ocupados al estar sus contratos sólo suspendidos. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de ocupados bajó en 37.500 personas a lo largo del segundo trimestre del año en la provincia (abril-junio) coincidiendo con el estado de alarma y el confinamiento al que obligó la pandemia, lo que deja en 602.000 el total de personas trabajando.

Por sectores, el descenso de ocupados se repartió entre los 14.900 de la industria, los 13.700 de los servicios, los 6.800 de la agricultura y los 2.100 de la construcción Respecto a hace un año, la caída es de 47.900 ocupados. El nivel de personas trabajando es el más bajo en un segundo trimestre desde 2017.

Por sexos, los datos revelan que las mujeres son, hasta la fecha, las grandes damnificadas de esta crisis: 28.000 perdieron su trabajo en este segundo trimestre frente a 9.500 hombres. Por decirlo de otro modo, prácticamente tres de cada cuatro empleos destruidos (el 74,6%) han sido de mujeres.

Por su parte, el paro ha bajado en 2.800 personas y deja el total en 151.100 desempleados (15.400 más que hace un año). La tasa de paro se sitúa en el 20,06%, seis décimas más que el trimestre anterior y casi cinco puntos por encima de la actual media nacional (15,33%). Málaga sí está algo por debajo de la tasa andaluza, que es ahora del 21,32%. El INE recuerda, en todo caso, que no todos los que han perdido su empleo en esta crisis han pasado a clasificarse como parados según la definición de la OIT.

Así, una parte considerable ha sido contabilizada de momento en la inactividad, categoría de la EPA que engloba a quienes no trabajan ni, técnicamente, están a la búsqueda de empleo, caso de jubilados, estudiantes, personas que se dedican a labores de hogar, incapacitados permanente y otros. En Málaga, la cifra de inactivos ha aumentado en 41.700 personas en este trimestre y alcanza ahora los 645.400 individuos, su mayor cifra de la que hay constancia (la actual serie estadística de la EPA se inicia en 2002). Este incremento de la inactividad, que se reproduce también a nivel nacional, se debe fundamentalmente a que el confinamiento y el cierre de empresas han impedido a esas personas buscar empleo, a pesar de estar disponibles para trabajar.

«Por ello, no han podido cumplir todas las condiciones que la definición OIT exige para ser clasificado como parados y han quedado clasificados como inactivos», aduce el INE. La inmensa mayoría de estas personas se contabilizan ahora en «labores del hogar» (en Málaga había en el primer trimestre 162.900 personas en esta tesitura y ahora son 204.000).

Esta dinámica ha provocado, de forma consecuente, que la cifra de activos sufra un fuerte retroceso de 40.400 personas, lo que deja el total de población activa en 753.000. Para encontrar un nivel más reducido de activos hay que remontarse a 2009, en plena crisis económica. La tasa de actividad en Málaga (cociente entre la población activa y la población total) ha bajado en un solo trimestre en casi tres puntos y se coloca ahora en el 53,85%, la más baja desde 2004.

Sindicatos y patronal

El secretario general de UGT Málaga, Ramón Sánchez-Garrido, valoró muy negativamente los datos y lamentó la «dramática» situación que atraviesa el empleo, a pesar de la prolongación de los ERTE. «Son los datos que corresponden al periodo de confinamiento, y en ese momento lo prioritario ha sido la gestión y la contención de la pandemia», afirmó.

Sánchez-Garrido afirmó que «la parada en seco y casi absoluta en todos los sectores productivos de la economía malagueña ha provocado un descalabro laboral sin precedentes. Esta nueva realidad nos obliga a todos, empresarios, trabajadores y gobiernos, a tener en nuestras agendas, la protección del tejido productivo, empresas y trabajadores», añadió.

Para UGT, se han implantado medidas para intentar salvaguardar el tejido empresarial, mantener los puestos de trabajo y asegurar las rentas que debe ser el camino a seguir. «Tan importante como reactivar la economía es recuperar el proyecto de Estado del Bienestar porque, cuando toda esta crisis pase, solo un modelo de desarrollo que mejore la calidad de vida del conjunto de la ciudadanía generará un ciclo de crecimiento económico sostenible», dijo.

Por su parte, la secretaria de Empleo de CCOO en Málaga, Patricia Laguna, advirtió de que los próximos meses seguirán siendo difíciles, por lo que consideró necesario la ampliación de los ERTE en los sectores más castigados por el Covid-19 y la aprobación de políticas activas de empleo que vayan encaminadas a un cambio del modelo productivo de la provincia.

«La crisis sanitaria que estamos viviendo se refleja 100% en cada uno de los datos. Estos momentos tan duros afectan en mayor medida a las mujeres que a los hombre»», apuntó Laguna. Según comentó, ellas ocupan empleos más precarios, con un mayor porcentaje de contratos temporales, y tras perder el empleo «se encuentran en situaciones muy complicadas, porque tienen escasas prestaciones o ni siquiera reciben nada».

La Confederación de Empresarios de Málaga (Confederación de Empresarios de MálagaCEM afirma que los datos revelan la necesidad de «apoyar con firmeza» al tejido productivo mediante iniciativas que aborden, entre otros, aspectos fiscales y organizativos, en aras a dotar a empresas y autónomos de mayor liquidez y flexibilidad para poder afrontar la actual situación, derivada de la crisis sanitaria.

«En momentos como los actuales, en que la situación se agrava por las restricciones anunciadas por otros países, especialmente el Reino Unido, para los viajeros procedentes de España, con la consecuente afectación de nuestra industria turística y todos sus sectores asociados, urge reaccionar con medidas de calado que permitan la recuperación económica y social de esta pandemia, también en el medio y largo plazo», apuntó la patronal, presidida por Javier González de Lara.

Datos nacionales

En España, el paro subió en 55.000 personas en el segundo trimestre del año, lo que supone un 1,6% más que en el trimestre anterior, y la ocupación disminuyó en 1.074.000 puestos de trabajo (-5,4%), su mayor retroceso de la serie histórica, reflejando así el impacto de la crisis sanitaria y del estado de alarma.

Al finalizar junio, el número total de parados se situó en 3.368.000, su mayor cifra desde el segundo trimestre de 2018, en tanto que el número de ocupados bajó hasta 18.607.200 personas, el menor desde el primer trimestre de 2017.

La tasa de paro, por su parte, escaló nueve décimas, hasta el 15,33%, la más elevada desde el primer trimestre de 2018. Estadística recuerda que en el más de un millón de empleos perdidos entre abril y junio no se incluye a los afectados por ERTE, ya que la metodología EPA los considera ocupados.