Antonia Galiano reivindica su oficio y el trabajo duro dentro de la moda. El contacto con las clientas, el trabajo con el patronaje y las horas eternas de bordado han curtido a esta diseñadora malagueña que acusa, como el resto del sector, los estragos que ha provocado la pandemia. Colecciones colgadas en las perchas y eventos cancelados han provocado la activación del modo de supervivencia gracias a una prenda, la mascarilla, a la que pretende llenar de color.

¿Cómo definiría su trabajo? ¿Cuál es su filosofía y su visión de la moda?

No suelo definirme mucho con las tendencias. Prefiero las líneas atemporales. Suelo trabajar cara a cara con la clienta y mis diseños pasan a ser parte de su personalidad.

¿De qué fuentes bebe a la hora de diseñar sus piezas?

Para mí el patronaje es sagrado. Trabajo mucho con él. Me gusta trabajar mucho los tejidos y las caídas y los cortes de los tejidos. Evidentemente este aspecto significa más horas de trabajo, pero es el que he estado aplicando desde que empecé.

¿Cómo definiría la alta costura?

El otro día leí un artículo que decía que alta costura ya solo se hace en París. No estoy de acuerdo. En Málaga se trabaja muy bien y para mí, quien trabaja a mano y hace cosas artesanales, está haciendo alta costura. Alta costura es algo diferente, bordados, acabados, etc...

La moda, ¿es más oficio o arte?

Soy de las que piensan que han de pervivir ambos. El patronaje, las costuras, eso es puro oficio. El trabajo con maniquíes se acerca algo más al arte. Arte es hacer algo especial y diferente, pero también es adaptar algo para rematar algo original.

Desde su punto de vista, ¿cómo se integra o se ha integrado una prenda como es la mascarilla en el hábitat de trabajo de un diseñador?

Al principio sonaba todo un poco raro. Yo pasé de estar haciendo vestidos de novia y otros encargos a empezar a trabajar con las mascarillas. Ahora, con la crisis tan dura que padecemos, es lo que más estoy haciendo. Las mascarillas quirúrgicas son bastante anodinas y para eso estamos los diseñadores, para hacer mascarillas para la gente que quiera llevar algo diferente. Hemos comprado los materiales apropiados y estamos haciendo varios diseños.

¿Ha incorporado las mascarillas a su línea de venta?

Al principio no. Colaboré haciendo mascarillas a través del Ayuntamiento para repartirlas entre los trabajadores esenciales. Luego, con el paso de las semanas y a indicación de varias clientas empecé a trabajar en algunos modelos y son los que estoy comercializando en la actualidad.

¿En qué se ha inspirado a la hora de diseñar la mascarilla que presenta a través de La Opinión de Málaga?

Quería darles sobre todo alegría y color. Es una forma mía de reaccionar a los duros tiempos que la pandemia ha provocado y que todos estamos sufriendo. He usado tonos azulones y fucsias.

¿Cómo ha trabajado con un elemento prácticamente inédito como es la mascarilla?

Al principio te sientes extraño porque el cambio es brusco, pero una vez superado este impacto inicial ya trabajas con normalidad.

¿Cómo le está afectando a usted en particular y al mundo de la moda en general la crisis provocada por la pandemia?

Hemos perdido muchos trabajos. Se han suspendido casi todos los eventos. Yo hice el año pasado una línea especial para eventos que se vendía en tiendas y solo he podido vender en enero y febrero. A partir de marzo está todo colgado en las perchas de las tiendas. Ahora está todo parado.

Olvidándonos de la pandemia, ¿cómo definiría el momento actual de la moda en Málaga?¿Hay talento en nuestra ciudad?

Creo que estamos bien en el sector aunque necesitamos ayudas por la crisis para tener más visibilidad. La moda en general está muy devaluada por el low cost generalizado que hay y cuesta mucho mantenerse. En Málaga hay grandes diseñadores y grandes firmas. En Málaga siempre ha habido mucha creatividad y sobre todo, mucha gente con ganas de trabajar. Además tenemos que aprender a vendernos mejor. Nos iría mucho mejor.

¿El futuro de la moda pasa por la digitalización y la venta online? ¿o podrán convivir las tiendas físicas con los espacios virtuales?

El tema online se está imponiendo, pero en diseños exclusivos y más especiales todavía internet no te ofrece lo que ofrece el trato cara a cara entre diseñador y cliente. El espacio físico durará todavía muchos años.

¿Con qué expectativas está trabajando Antonia García Galiano de cara a la temporada 2021?

La mayor parte del trabajo del año pasado no lo he vendido y estoy pensando en sacar una pequeña cápsula, ocho o diez prendas, para completar la colección. No podemos hacer grandes movimientos de producción porque el futuro es muy incierto con la pandemia.