Llevan más de medio año en primera línea frente al virus, en un principio arrastrando la falta de equipos de protección y la incertidumbre asistencial y ahora afrontando una segunda ola con gran desgaste físico y emocional, bolsas de empleo agotadas y plantillas deficitarias.

Y con ese panorama, el mito se desmonta solo. Los sanitarios no son superhéroes, son humanos, y como tal, se contagian.

En Málaga, más de 900 sanitarios, esto es, médicos, enfermeras, auxiliares, fisioterapeutas... siguen de baja tras haberse contagiado de coronavirus. De ellos, 768 se infectaron en un centro sanitario, 113 en centros sociosanitarios, como las residencias de ancianos o los centros de discapacitados, y 19 más se contagiaron en «otros centros», tal y como hace público la Consejería de Salud y Familias en la actualización diaria de la situación de la Covid-19 en Andalucía, a fecha de ocho de octubre.

Esta cifra convierte a Málaga en la provincia andaluza mas afectada por los contagios en sus sanitarios, abarcando más del 20% de las bajas de estos profesionales a nivel regional. Por detrás, le siguen Sevilla con 880 contagios y Granada, con 804.

«Las bajas son un problema más añadido, pero parece que se ha olvidado. Y no digo lo de los aplausos porque eso es algo totalmente simbólico y transitorio. No queremos que nos aplaudan y menos por este riesgo que estamos corriendo», denuncia el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez, con más de 8.900 facultativos colegiados, de los que alrededor de 7.400 están ejerciendo.

Una baja supone una nueva sustitución que cubrir, todo un reto en un momento tan deficitario de facultativos que la Junta incluso se plantea contratar médicos extracomunitarios al estar sus propias bolsas de empleo a cero.

«Los profesionales son escasos, por lo que toda situación de contagio propio o próximo a otros positivos, pues merma considerablemente los recursos humanos disponibles actualmente», manifiesta el presidente del Colegio de Enfermería de Málaga, que cuenta con 7.900 profesionales colegiadas y ejerciendo la profesión.

Atendiendo a las circunstancias de esta rama sanitaria, la provincia se encuentra a la cola en el ranking nacional en cuanto al ratio de enfermeras, superada solo por Granada. Mientras la media española se sitúa en 546 enfermeras por cada 100.000 habitantes, Andalucía se queda en 413; en el caso de Málaga cae hasta 328 y la peor, Granada, cuenta con 325.

Y pese a que ya no existe la falta de Equipos de Proteccion Individual por la que clamaba la sanidad en los primeros meses, puesto que las administraciones han hecho acopio, Carrasco asegura que se está contabilizando y controlando el material que se reserva a los profesionales.

«Estamos teniendo mayor control que cualquier ciudadano ajeno a la actividad sanitaria», recalca Carrasco, quien además añade que el tiempo de uso de las mascarillas y demás equipos suele estar por encima de lo habitual. «Hoy en día se están poniendo límites exarcebados a como se usaban anteriormente, por cuestiones de necesidad, disponibilidad», recalca.

Profesión de riesgo

La irrupción de la pandemia ha reactivado el debate sobre la calificación de la profesión sanitaria como «de riesgo» debido a la exposición directa con el virus en el desempeño diario de sus funciones. De hecho, desde que se inició la pandemia, en Málaga se han contagiado 1.317 sanitarios, sin lamentar ningún fallecido de los nueve que han perdido la vida en Andalucía, según los datos de la Consejería de Salud y Familias.

«El absurdo y el sinsentido es que no sea considerado como tal a fecha actual, que profesionales de una sensibilidad importante y de un riesgo importante en la actividad que desempeña, no están considerados una población de riesgo», afea el representante de la Enfermería malagueña, José Miguel Carrasco, quien además recuerda que los sanitarios que hayan estado en contacto directo con un positivo, no hacen la cuarentena preventiva indicada tras una PCR negativa.

«Esta situación en una enfermedad infecciosa con el riesgo de poder contraerla nos hace personas con un riesgo de exposición enorme. No se entiende que al menos no se articulen los mecanismos administrativos necesarios», añade desde el Colegio de Médicos, Juan José Sánchez.

Esta denuncia, con respaldo sindical, recoge también que el contagio de Covid-19 en el personal sanitario sea considerado como una enfermedad profesional y no como accidente de trabajo, una medida que cuenta con el respaldo de la Cámara andaluza y que el Ejecutivo central asegura estar estudiando.