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El alcalde de la Málaga más benéfica

El abogado Francisco García Almendro, padre de Francisco García Grana, fue alcalde de Málaga durante el Desastre de Annual y coordinó la vital asistencia de la ciudad a los heridos. Desde entonces el escudo de Málaga ostenta el título de ‘Muy benéfica’

El alcalde de la Málaga más benéficaLa Opinión

El salón de plenos o sala de juntas del Ayuntamiento está presidido en las alturas por la alegoría ‘Málaga, siempre denodada en la defensa de la Libertad’, del pintor César Álvarez Dumont.

La alegoría escenifica sendos episodios históricos por los que la ciudad recibió en su escudo los títulos de ‘Siempre denodada’ y ‘Muy benéfica’, respectivamente.

El segundo título lo ostenta Málaga desde 1922 por su ejemplar comportamiento tras el Desastre de Annual, cuando la ciudad se volcó con los militares heridos en la Guerra de Melilla.

Detalle de la alegoría, con el alcalde de Málaga saludando a un soldado herido, a la derecha.

En la alegoría puede verse a la derecha, en el Puerto de Málaga, a un hombre enchaquetado y con sombrero que saluda a uno de los heridos. Se trata del alcalde Francisco García Almendro (1884-1958), un malagueño de humildes raíces al que le tocó coordinar la asistencia de la ciudad tras la sangrienta derrota, en unos tiempos en los que Málaga seguía siendo la principal conexión con Melilla y en los que la ayuda municipal y privada jugaron un papel primordial.

Francisco García Almendro había nacido en la calle Peña en 1884 y era hijo de Diego García, uno de los molineros del acueducto de San Telmo. Documentación del padre del futuro alcalde de Málaga todavía se conserva en el primer molino de San Telmo, uno de los dos originales en pie.

Retrato de Francisco García Almendro.

Resulta bastante inaudito para la época que el hijo de un molinero pudiera formarse y estudiar la carrera de Derecho para convertirse en un prestigioso abogado y llegar a alcalde. Es más, según consta en la web de la institución, en 1910, con sólo 26 años, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Poco después contraería matrimonio con Rafaela Grana Hurtado, de una familia de conocidos comerciantes de Málaga y serían padres de cinco hijos, el mayor de ellos, nacido el último día de 1913, el futuro alcalde de Málaga Francisco García Grana.

Con su mujer, Rafaela Grana, en los años 50.

Reunión de familia en los años 50.

Miembro del partido Liberal de Santiago Alba, en agosto de 1920 fue elegido alcalde de Málaga. De este modo, el abogado malagueño sería el segundo alcalde en hacer uso del nuevo edificio del Ayuntamiento, tras Manuel Romero Raggio.

De su corta gestión al frente de la ciudad (1920-22) queda, como pincelada, una visita a Madrid en febrero de 1922, acompañado por senadores y diputados por la provincia, para tratar con el Rey Alfonso XIII y varios ministros asuntos que preocupaban a la ciudad. Entre otros, la terminación del puente de Alfonso XIII o de La Aurora, obra cuya primera piedra colocó el monarca un año antes y el (nunca ejecutado) desvío del río Guadalmedina, incluido el arreglo de los arroyos de los Ángeles, La Virreina y Pescador.

Francisco García Almendro con el Rey Alfonso XIII durante su visita a Málaga en 1921.

Además, durante su mandato se urbanizó la Travesía del Pintor Nogales, entre la Aduana y la Alcazaba y Daniel Rubio realizó la glorieta dedicada a las provincias en el Parque.

El Desastre de Annual

Pero sin duda, lo que marcaría su gestión municipal fue el Desastre de Annual, en el verano de hace justo un siglo. El académico de San Telmo Elías de Mateo, en su reciente trabajo ‘Málaga y el Desastre de Annual’ refleja que el alcalde lideró y organizó las ayudas a los combatientes, dado que el Puerto de Málaga fue el principal punto de llegada de los militares heridos y enfermos evacuados de Melilla.

La ciudad acogió a los heridos en su pequeña red de hospitales -el Civil, el Militar, el Noble-, casas de socorro y hospitales privados.

Además, Antonio Baena, presidente de la nueva Agrupación de Cofradías, surgida ese mismo año, transformó en hospital unas naves de su propiedad en El Perchel. Las instalaciones se conocieron como el Hospital de la Cruz Roja, Hospital Baena o Reina Victoria. Por otro lado, personalidades como el exministro Francisco Bergamín o la duquesa de Nájera acogieron heridos en sus propiedades en la capital y se habilitó el trinitario grupo escolar Bergamín.

Francisco García Almendro presidió el llamado Comité Ejecutivo de Auxilio al Soldado Combatiente, que canalizó las donaciones para los militares. Parte de esos donativos los repartió el primer edil durante dos viajes a Melilla en 1921. En ambos desplazamientos le acompañó el nuevo obispo de Málaga, el hoy San Manuel González.

Visita del alcalde y el obispo de Málaga a un cementerio de fallecidos en el Protectorado Español, durante la Guerra de Melilla.

La ola de solidaridad de los malagueños mereció ese título de ‘Muy benéfica’ para el escudo de la ciudad y para el alcalde la Gran Cruz de Isabel La Católica.

Tras su paso por la alcaldía continuó como abogado en su bufete de calle Calderería. En esa década de los 20 fue nombrado por la Reina Victoria Eugenia presidente de la Asamblea Local de Cruz Roja. Además, de 1926 a 1929 fue hermano mayor de Fusionadas.

En 1941 ocupó el cargo de hermano mayor de la Virgen de la Victoria, puesto que ostentaría hasta su muerte. Ese mismo año 41 presidió la Junta Diocesana pro-coronación de Nuestra Señora de la Victoria, un acontecimiento que se hizo realidad el 8 de septiembre de 1943.

Francisco García Almendro, hermano mayor de la Victoria, porta el trono de la Patrona el día de su coronación.

Falleció en 1958, cuando su hijo mayor, Francisco García Grana, sólo llevaba tres meses en la alcaldía.

Francisco García Almendro fue un malagueño comprometido con su ciudad cuyos humildes orígenes no fueron obstáculo para trabajar por ella desde los ámbitos más diversos. 

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