Sanidad

Especialistas advierten de la importancia de la espirometría

El uso de esta prueba diagnóstica podría evitar el deterioro de la función pulmonar en muchos pacientes

Un paciente durante una espirometría. | L.O

Un paciente durante una espirometría. | L.O / marta román. málaga

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte de la importancia de contar con un espirómetro en todos los centros de salud y poder hacer uso de él como parte de la revisión rutinaria de todos los pacientes.

La espirometría es un estudio fiable que tiene la capacidad de detectar, en estadios tempranos, enfermedades con gran incidencia como la Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC), que en la actualidad no se diagnostica en el 70% de los casos, o el asma, que suele aparecer durante la adolescencia.

Dada su utilidad, los profesionales confiesan su preocupación por el poco uso que se hace de ella: «Calculamos que más de un 60% de los centros disponen de este aparato, pero solo un 20% de estos centros lo utilizan con regularidad o de forma protocolaria, lo que provoca que algunas enfermedades que se podrían atajar en sus inicios continúen evolucionando y lleguen a provocar daños irreversibles en la salud de los pacientes», señala Eusebi Chiner, neumólogo de la SEPAR.

De este modo, «de implantarse el uso de la espirometría en todos los centros de Atención Primaria, tanto los pacientes como el sistema de salud saldrían beneficiados, ya que el uso protocolario de esta prueba diagnóstica no solo se podría evitar el deterioro de la función pulmonar en muchos pacientes, también se ahorrarían costes sanitarios -ingresos hospitalarios, consumo de medicación o bajas laborales-», advierte Chiner.

Por tanto, y con motivo del Día Mundial de la Espirometría, este profesional «espera que muy pronto en este día podamos celebrar que esta prueba ha llegado y que se utiliza en todos los centros de atención primaria».

¿En qué consiste?

La espirometría es una prueba médica que se utiliza para ayudar a diagnosticar y controlar enfermedades pulmonares. Durante la prueba, el paciente expulsa todo el aire que puede, con la máxima fuerza posible en un aparato denominado espirómetro.

La prueba mide el aire que entra y sale de los pulmones, y a qué velocidad puede hacerlo. La prueba es completamente indolora, no requiere preparación y tiene una duración de aproximadamente diez minutos. Para realizar la prueba es imprescindible la colaboración del paciente.