Málaga sigue imparable en su crecimiento demográfico y se ha convertido en el principal foco de atracción de habitantes de Andalucía y uno de los más dinámicos de todo el país. Es una tendencia al alza que también se ha mantenido este año, según revelan las últimas cifras oficiales del padrón municipal publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al 1 de enero de 2022.
Desde esa fecha, la provincia de Málaga ya puede decir que ha superado la barrera de los 1,7 millones de residentes empadronados, con un total de 1.717.504 habitantes, lo que supone un crecimiento relativo del 1,2% y 21.853 personas más que en el mismo periodo del año anterior. Este dato además certifica que Málaga es ahora mismo la locomotora demográfica de la comunidad, ya que sostiene prácticamente todo el crecimiento anual de la región, que crece en casi 28.000 residentes. De hecho, provincias como Córdoba o Jaén han perdido población durante el último año, mientras que otras como Sevilla o Cádiz han tenido un mínimo aumento, y solo Almería registra una subida destacable, aunque lejos de la contabilizada por Málaga. La comunidad suma 8,5 millones de habitantes en esta nueva revisión del padrón.
Sube la población en Málaga: crece en el litoral y baja en el interior
Los datos del INE permiten asimismo hacer una comparativa histórica que pone de manifiesto que pocas provincias han tenido la evolución que ha vivido Málaga en las dos últimas décadas. El territorio malagueño empezó el año 2000 con 1.278.851 habitantes empadronados, lo que supone que en algo más de veinte años ha ganado casi medio millón de residentes. Buena parte de ese crecimiento se generó en los ejercicios del boom económico de los primeros años de aquella década. La buena marcha de la economía y el auge de sectores como la construcción atrajeron a trabajadores y familias jóvenes, tanto de España como de otros países, en busca de un futuro laboral mejor. Hubo años como 2005 en los que Málaga llegó a ganar más de 55.000 residentes. Esa tendencia se fue atemperando cuando llegó la crisis, pero aún así la provincia se ha mantenido hasta ahora en el ranking de las que más crecen el país.
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Pero esa tendencia al alza de la que puede presumir Málaga no es igual para todos los municipios de la provincia, en la que hay dos realidades enfrentadas entre sí. Por un lado, toda la franja litoral que en algunas localidades ha logrado duplicar su población en veinte años; por otro lado, los pueblos del interior, donde la despoblación sigue estando a la orden del día, acuciados muchos por la falta de oportunidades laborales, las malas comunicaciones y el envejecimiento de sus residentes.
Ya lo señalaban hace unas semanas los primeros datos del censo correspondiente a 2021: dos tercios de los municipios malagueños han perdido población frente a una Costa del Sol con cifras de vértigo y comarcas como el Valle del Guadalhorce beneficiadas por su cercanía a la capital. De hecho, casi el 80% de los residentes de la provincia se concentran a lo largo de la franja litoral.
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Las ciudades más pobladas
A nivel municipal, las nuevas cifras del padrón sitúan a Marbella por encima de los 150.000 habitantes, consolidándose como la segunda localidad más poblada de la provincia y habiendo ganado casi 50.000 empadronados en las últimas dos décadas. Por su parte, Mijas, Fuengirola y Veléz-Málaga superan los 80.000 habitantes, con el municipio mijeño como el tercero ya con más residentes. Llamativo es también el caso de Benalmádena, que en veinte años ha duplicado su población y ya alcanza los 73.160 frente a los 31.964 del año 2000.
Estepona supera ya los 74.000 habitantes y Torremolinos se acerca ya a los 70.000, con algo más de 68.000 residentes empadronados.
Por su parte, Rincón de la Victoria se coloca por encima de los 50.000 habitantes, frente a los 23.000 que contabilizaba hace veinte años.
Otros municipios como Alhaurin de la Torre también han duplicado su población en dos décadas y con 42.531 supera ya a otras grandes localidades como Ronda o Antequera.