Patrimonio
La Torre de los Verdiales, ¿capítulo final?
La Opinión visita la histórica torre vigía, datada en el siglo XIII, con el académico de la Historia Manuel Olmedo, que alerta de su mal estado y reclama que se tomen medidas urgentes para salvarla. La delegada de Cultura de la Junta anuncia que los técnicos inspeccionarán su estado en breve
El PGOU de 2011, el vigente en la ciudad de Málaga, deja establecido que los bienes calificados como ‘zonas de protección singular’ engloban «yacimientos arqueológicos e inmuebles, generalmente con el mayor grado de protección legal, en las que, dadas sus características singulares de conservación, habrá que potenciar intervenciones integrales de puesta en valor».
Al contemplar este mismo mes de enero la vieja Torre de los Verdiales o de la Reyna -en el Catálogo de Protección Arqueológica del PGOU y con la mencionada protección singular- parece que lo único que se ‘potencia’ en ella es su progresivo derrumbe.
Datada en el siglo XIII por Antonio Molina Cobos en un artículo para la revista Jábega (‘Cuatro torres almenaras en los Montes de Málaga’, 1985) está situada a unos 540 metros sobre el nivel del mar, a un tiro de piedra de la famosa Ermita de los Verdiales y tiene una altura de unos cuatro metros y un diámetro de unos 15 metros.
Eso sí, si nadie pone remedio, esta torre vigía de la Málaga musulmana va camino de engrosar la ominosa lista de torres almenaras de las que sólo queda el recuerdo de su nombre.
La alarma la da Manuel Olmedo, miembro de la Academia Malagueña de Ciencias, de la de Bellas Artes de San Telmo y de la Real Academia de la Historia, a quien La Opinión acompañó en una visita al monumento hace unos días.
«Aparte de que se caiga una piedra, y se van cayendo todas, la parte más deteriorada es la cara que da a las lluvias, que siempre son de poniente», destaca.
El académico, que consigue mover con facilidad una de las piedras del relleno de la edificación -quién sabe si la próxima en caer- muestra las dos ‘caras ‘de esta torre, una todavía en pie, la que mira hacia el norte, para la Torre Zambra, cerca ya de Casabermeja, con la que se comunicaba y la otra, la que mira a Málaga capital, abierta en canal y que parece haber sufrido el impacto de varias balas de cañón.
Al pie del monumento, con unas vistas maravillosas de la ciudad y de los Montes de Málaga, se acumulan las piedras de pizarra, la mayoría de ellas antiguas piezas de esta torre vigía, levantada con este tipo de piedra y argamasa de cal. De hecho, en la parte menos dañada quedan unos pocos restos de un enlucido con mortero de cal.
Las torres se comunicaban entre sí con señales de humo durante el día y hogueras durante la noche. Un torrero era el encargado de la vigilancia y de subir a la parte superior con una cuerda o una escala.
Manuel Olmedo está convencido de que, con la ‘cantera’ justo al pie, la torre podría ser reparada «en cuatro días» y confía en que la capacidad de reacción de la Junta de Andalucía sea rápida pues como dice el dicho popular: «Mientras el Senado delibera, Sagunto perece», comenta.
La delegada de Cultura de la Junta, Gemma del Corral, respondió tras conocer por este periódico el estado de la torre que hay previsto «hacer una inspección a la mayor brevedad».
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