Mirando atrás

Juan Planelles: un genio en el exilio

El profesor Rafael Maldonado culmina tras 20 años la biografía del médico jerezano Juan Planelles, exalumno del Instituto Gaona y muy vinculado a Málaga, subsecretario de Sanidad con Negrín y que marchó al exilio a Rusia, donde salvó miles de vidas con sus investigaciones

Rafael Maldonado, con su biografía sobre Planelles, fotos y documentos del científico, entre ellos el premio Méchnikov de 1966.

Rafael Maldonado, con su biografía sobre Planelles, fotos y documentos del científico, entre ellos el premio Méchnikov de 1966. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Un tema más bien tabú en mi familia era el tío Juan de Rusia, hermano de mi abuela», cuenta Rafael Maldonado (Salamanca, 1960). Este afable profesor, jefe del Departamento de Geografía e Historia en el Instituto Vicente Espinel (Gaona), cuenta que cuando era pequeño vio fugazmente a su tío abuelo Juan, quien en un par de ocasiones cumplió su sueño de dejar Rusia para visitar a su familia en Málaga.

Con el paso del tiempo creció el interés por esa figura familiar en el exilio y tras 20 años de indagaciones, en la colección ‘Irrepetibles’ del Cedma acaba de publicar ‘Juan Planelles, una historia casi infinita. Compromiso, ciencia y exilio en la España del siglo XX’, la biografía de quien fue una importante figura política y sanitaria durante la etapa final de la II República y uno de los más brillantes científicos de esa Edad de Plata española destrozada por la Guerra Civil. 

Con paciencia, tenacidad y la inapreciable ayuda de personas que trataron a este médico en Rusia, entre ellas antiguos niños de la guerra, Rafael Maldonado ha ido completando el puzle vital de Juan Planelles Ripoll.

Juan Planelles con su madre, Amparo, y sus hermanos.

Juan Planelles con su madre, Amparo, y sus hermanos. / Archivo familiar

Había nacido con el siglo en Jerez porque allí destinaron a su padre, médico militar que regresó con su familia de Cuba tras la debacle del 98. «Su padre fue la persona que más le marcó», cuenta Rafael Maldonado. 

En 1913 la familia se traslada a Málaga, la residencia definitiva de buena parte de los Planelles. Allí, el adolescente Juan estudiará en el Instituto Gaona. «Tuvo un bachillerato muy brillante con premio extraordinario en la sección de Ciencias», cuenta su sobrino nieto.

Juan Planelles fue un brillante estudiante en el Instituto Gaona de Málaga.

Juan Planelles fue un brillante estudiante en el Instituto Gaona de Málaga. / ARCINIEGA

Tras el instituto, marchó a la Universidad Central de Madrid para estudiar Medicina, carrera que acabó con 22 años. Con 23 finalizó el doctorado y con 24 ingresó en la Academia de Medicina. En esos años, trabajará además en el laboratorio de la Residencia de Estudiantes. «Hizo Medicina General y luego se especializó en Microbiología y Epidemiología», precisa el autor del libro. 

Gracias a la Junta para Ampliación de Estudios pudo continuar su formación médica y científica en los Países Bajos y sobre todo en Alemania; en este último país conocería a Gretel, una joven alemana con quien terminaría casándose y tendría dos hijas. 

Juan Planelles, en la Residencia de Estudiantes.

Juan Planelles, en la Residencia de Estudiantes. / Archivo familiar

«A él le ofrecen trabajar fuera pero contestó que lo que quería era poder trabajar alguna vez en España con los mismos medios que había conocido fuera», explica Rafael. Y cumplió su palabra porque regresó a España para montar en la capital, en 1930, el Instituto de Investigaciones Clínicas, «donde se hicieron los primeros tests de embarazo en Madrid».

Es un tiempo en el que el médico andaluz publica trabajos junto a Gregorio Marañón pero también de una intensa vida política: con 16 años, al poco de llegar a Madrid, se afilió a las Juventudes Socialistas, transformadas a partir de 1920 en el PCE. A finales de esa década, por cierto, una mujer joven le pidió que le acompañara a un lugar secreto para que tratara a su hijo enfermo. Juan Planelles salvó al muchacho de una neumonía. La madre se llamaba Dolores Ibárruri y ahí comenzó una amistad para toda la vida. 

República, Guerra y exilio

Durante la II República dirigió una colección de libros de divulgación científica pero con el estallido de la Guerra Civil «renuncia a todo, abandona el Instituto de Investigaciones Clínicas, su práctica médica y sus publicaciones y se dedica en cuerpo y alma a lo que le ordene en PCE». 

En esta coyuntura, fue nombrado comandante médico para dirigir el servicio sanitario del Quinto Regimiento; más tarde estaría al frente del hospital de sangre -el primero de Madrid- implantado en el Hospital de Maudes.

Cartilla militar como mayor médico jefe de Sanidad, en 1937.

Cartilla militar como mayor médico jefe de Sanidad, en 1937. / Archivo familiar

También sería nombrado jefe de Sanidad del Ejército del Centro, con plenos poderes para organizar los servicios sanitarios militares y la retaguardia y a partir de mayo de 1937, con la llegada de Negrín a la presidencia del Consejo de Ministros, subsecretario de Sanidad.

Su último cargo ligado a la República lo ejerció en París como secretario del Comité Internacional de Coordinación de Ayuda a la España republicana.

Con el fin de la guerra sube a un barco en Le Havre, «el mismo en el que iba la Pasionaria», rumbo al exilio en la Unión Soviética. Sus hijas se quedarían en Suiza y no volvería a verlas hasta 1957.

Portada de la obra, fruto de 20 años de trabajo.

Portada de la obra, fruto de 20 años de trabajo. / A.V.

Su primer destino fue la ciudad de Saratov. Allí, en plena II Guerra Mundial, idea «un procedimiento para luchar contra la disentería, que mataba tantas víctimas como las balas de la guerra», recuerda Rafael Maldonado. Planelles lo logra a través de una inyección intramuscular de Sulfidin, una solución que las autoridades soviéticas elaboraron en sus fábricas en secreto. Salvó miles de vidas.

El éxito de esta gesta científica le valió, en 1942, ser destinado a Moscú, primero para dirigir el Laboratorio Central de Investigaciones Científicas del Primer Instituto de Medicina y luego sería nombrado director del Departamento de Quimioterapia Experimental del Instituto Gamaleya de Epidemiología y Microbiología en el que además de investigar formó a futuros científicos. 

En pleno trabajo de investigación en el Instituto Gamaleya de Moscú.

En pleno trabajo de investigación en el Instituto Gamaleya de Moscú. / Archivo familiar

Por otra parte, gracias a su iniciativa, en 1949 se creó el departamento de Patología Infecciosa y Terapia Experimental de las Infecciones, que dirigiría hasta su jubilación en 1971. Llegó a contar con 80 personas a su cargo. 

Homenaje a Juan Planelles en su 60 aniversario, con el científico entre Dolores Ibárruri y Juliya Solovieva, su principal ayudante del laboratorio.

Homenaje a Juan Planelles en su 60 aniversario, con el científico entre Dolores Ibárruri y Juliya Solovieva, su principal ayudante del laboratorio. / Archivo familiar

Sus logros le valieron el grado de catedrático de Farmacología y doctor en Medicina, la Medalla al Valor del Trabajo, el ingreso en la Academia de Ciencias Médicas de la URSS, el Premio Gamaleya, la Orden de la Bandera Roja del Trabajo en dos ocasiones y el Premio Ménchnikov de la Academia de Ciencias en 1966, «el equivalente a los Nobel de la URSS»

En 1968 en Málaga, en la casa familiar del Palo con su madre y sus hermanas Amparo y Remedios. Fue la última vez que vio a su madre, que falleció al año siguiente.

En 1968 en Málaga, en la casa familiar del Palo con su madre y sus hermanas Amparo y Remedios. Fue la última vez que vio a su madre, que falleció al año siguiente. / Archivo familiar

A España no pudo regresar hasta 1964, cuando volvió a abrazar a su madre de 88 años y a sus hermanos en Málaga, en Villa Miraflores (El Palo). Regresaría en 1966, 1968 y 1970. Gracias a las gestiones de su hermano Vicente con Franco tuvo el permiso de volver de forma definitiva a Málaga pero la URSS no le perdonó sus críticas y las del PCE a la invasión de Checoslovaquia en el 68. Le impidieron regresar a su patria y este genio de la Ciencia murió en la URSS en 1972. Está enterrado en Moscú junto a Nieve Arnaiz, su segunda mujer, a la que conoció en el instituto que fundó en Madrid y que le acompañó al exilio.

Juan Planelles y Nieves Arnaiz

Juan Planelles y Nieves Arnaiz / Archivo familiar

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