Hablamos hace unos días, antes del fatídico fallo de París a favor de Belgrado, de que la ‘veteranía’ del arroyo que baja por los terrenos de la fallida Expo 2027 había propiciado que el Ayuntamiento escogiera el nombre histórico de Merino para esta corriente en cuyo cauce pretendía actuar, frente al nombre popular del arroyo de Pocapringue.
Ciertamente, aunque la escasez de pringue sea más sostenible, ‘arroyo Merino’ tiene más fuste... pero menos encanto.
Del arroyo Merino de la Expo y el de Pocapringue
Decía entonces el firmante que era la ocasión propicia para erradicar por fin, con el consiguiente traslado a un sitio digno de los vecinos, del ‘poblado’ que hay aguas arriba: Los Asperones, con un arroyo de Pocapringue convertido en un impresionante basurero diario, cuya aportación podía dañar la imagen del certamen internacional si no se actuaba también en esta zona.
De cualquier forma, se consiga fraguar en la antigua parcela del Amoniaco una suerte de ‘Expo de consolación’, como propone nuestro alcalde, o no se consiga, lo cierto es que la ampliación urbanística de Málaga ya ha llamado prácticamente a la puerta de Los Asperones, que en breve dejará de ser un problema emplazado en mitad de la nada para convertirse en una incómoda vecindad.
El barrio que sueña con una vida más digna
Puede comprobarlo estos días cualquier persona que se dé una vuelta por la ampliación de la UMA, todavía con aspecto de ciudad fantasma.
Pero si, como nos aseguraba Delibes padre, la sombra del ciprés es alargada, más largo es el bulevar Louis Pasteur, que se prolonga hasta casi tocar los terrenos reservados para la Expo.
Los patinadores malagueños de velocidad, en el limbo
En este extremo universitario entrenan los patinadores malagueños de velocidad que esperan contar algún día con un campo de entrenamiento propio, una promesa municipal de hace 13 años.
Siguiendo esta calle sin nombre en dirección norte (quizás se llame también bulevar Louis Pasteur o bien será la futura avenida Andrés García Maldonado), el paseante se topará con la glorieta dedicada al recordado y gran oftalmólogo malagueño Fernando Orellana Toledano y enfrente, al otro lado de la hoy avenida Marcelino Camacho, con el fin de una idílica planificación urbanística.
Porque tendrá delante la zona principal de Los Asperones, con una segunda más pequeña en dirección a Campanillas. ¿Cuánto tiempo más seguiremos permitiendo este vergonzoso núcleo de pobreza? En parte de la parcela de la Expo se proyectan viviendas sociales, ¿habrá alguna para vecinos de Los Asperones o deberán esperar otros 30 años para moverse de allí?