Entrevista | Marta Ribeiro Cirujana especialista en mama

"Sólo modificando el estilo de vida se podría evitar uno de cada cuatro casos de cáncer de mama"

Durante sus 25 años de carrera, la doctora Marta Ribeiro ha tratado a cientos de mujeres y extirpado más de mil tumores. Asume que, aunque el cáncer de mama sigue siendo el tumor más frecuente en las mujeres, en los últimos años ha habido grandes avances y la supervivencia ha mejorado hasta situarse por encima del 85% en Málaga. No obstante, reconoce que «la batalla todavía no está ganada»

La doctora y especialista en cirugía de mama, Marta Ribeiro, explica que con una prevención activa, cambiando nuestros hábitos, podría reducirse la incidencia de este cáncer

Marta Ribeiro en el Hospital Vithas Málaga donde ha sido nombrada responsable de la nueva Unidad de Mama.

Marta Ribeiro en el Hospital Vithas Málaga donde ha sido nombrada responsable de la nueva Unidad de Mama. / Álex Zea

Arancha Tejero

Arancha Tejero

A pesar de los avances de los últimos años, el cáncer de mama sigue siendo el tumor más mortal en las mujeres. Cada año se diagnostican en torno a un millar de casos nuevos en la provincia de Málaga. Y, aunque la supervivencia se sitúa ya por encima del 85%, «aún no se ha ganado la batalla», afirma la doctora Marta Riberio, experta en cirugía de la mama. Durante sus 25 años de carrera ha tratado a cientos de mujeres y extirpado más de mil tumores. Ahora, se sitúa al frente de la nueva Unidad de Mama del Hospital Vithas de Málaga con el objetivo de apostar por el tratamiento multidisciplinar para reducir los tiempos tanto en el diagnóstico como en el tratamiento del cáncer de mama. 

¿Cuál es la situación del cáncer de mama a día de hoy aquí en Málaga? 

En Málaga se diagnostican aproximadamente entre 900 y 1.000 casos anuales. Y en cuanto a la supervivencia estamos por encima de la media respecto a otras provincias, pues superamos el 85% a los 5 años. El porcentaje puede parecer poco, pero en números absolutos son muchas mujeres más las que sobreviven a los 5 años aquí. Y eso se debe a diagnósticos precoces y, sobre todo, a unidades multidisciplinares de mamas, donde las personas que estamos en ellas nos dedicamos de forma exclusiva a la mama y donde participan además todas las especialidades que tengan algo que decir en el diagnóstico y tratamiento.

"En Málaga se diagnostican aproximadamente entre 900 y 1.000 casos anuales"

No obstante, cada vez se está detectando el cáncer de mama en pacientes más jóvenes, ¿a qué se debe este aumento?

El cáncer de mama es una enfermedad que en la mayoría de los casos es hormonodependiente, es decir, mientras más tiempo haya de exposición hormonal, más probabilidades hay. Por eso siempre ha sido un tumor de personas mayores. ¿Qué está ocurriendo ahora? Pues que, por factores medioambientales, estilo de vida, alimentación, etc., esa carga hormonal tiene el nivel suficiente a edades más tempranas, lo que hace que el cáncer de mama está apareciendo en mujeres cada vez más jóvenes.

¿Deberían ampliarse entonces el rango de edad de los programas de cribado?

Sí. Hasta ahora los programas de cribado o de seguimiento empezaban a los 50 años y en la provincia de Málaga ya los han bajado a los 45, con idea de seguir bajándolo a los 40. Antes, el problema que se le ponía al cribado en edades tempranas es que son pruebas complementarias más difíciles de estudiar porque requieren más pruebas diagnósticas. Pero el aumento de la incidencia ha demostrado que merece la pena invertir en ellas bajando la edad de cribado. 

¿Y cómo afecta el cáncer de mama a la vida reproductiva de las mujeres?  

Antes se decía que no podías tener hijos, pero esa idea hay que desecharla porque ahora nos preocupamos para que eso no ocurra haciendo preservación de fertilidad. Hoy en día, si el cáncer no es avanzado y se han cumplido los tiempos y los tratamientos necesarios, sí se puede tener un hijo, si ha hecho previamente una preservación de fertilidad, por si la pierde. Hay que tener en cuenta que cada vez coincide más la maternidad con el diagnóstico de cáncer de mama, porque se está adelantando la edad de aparición del cáncer y se retrasando la edad de la maternidad. Por eso, se guardan precauciones, o se da la posibilidad, preservando la fertilidad, congelando los ovocitos o tejido ovárico, por ejemplo. Aunque es verdad que el cáncer de mamá sigue teniendo mucha mortalidad, también sobreviven muchas pacientes a las que tenemos que ofrecerles una calidad y estilo de vida lo más normal posible.

Marta Ribeiro en el Hospital Vithas Málaga.

Marta Ribeiro en el Hospital Vithas Málaga. / Álex Zea

¿Cuáles son esos principales factores de riesgo para desarrollar este tipo de cáncer?

El 80% de los casos son por influencia hormonal, es decir, la vida hormonal de la propia mujer, como la regla o la menopausia, factores que no podemos modificar. Pero luego están las hormonas exógenas. Hay un montón de sustancias, pesticidas, parabenos, plásticos... llamados disruptores endocrinos, que entran en el cuerpo y empiezan a imitar la acción de los estrógenos, con lo cual tenemos los nuestros, más los que entran. Y por ello, ahora hay más aparición de cáncer de mama en mujeres jóvenes, como comentaba. Sin embargo, muchos de esos segundos factores son modificables y evitables como los pesticidas. Por ejemplo, los alimentos si son ecológicos mejor, porque habrán absorbido menos pesticidas o el tema de parabenes en el perfume, quienquiera puede evitarlo también. 

¿Y en qué consiste la prevención activa? 

La prevención de salud mamaria consiste sobre todo en llevar un estilo de vida adecuado. Hoy día hay estudios que demuestran que, modificando el estilo de vida, llevando una dieta sana y disminuyendo el alcohol y tabaco, evitando el sobrepeso e incorporando el ejercicio físico, se pueden prevenir uno de cada cuatro casos de cáncer de mama. Y esto sirve igual para la persona sana como para la paciente que ha sido diagnosticada de un cáncer de mama precoz. Si ha avanzado, ya es más complicado. Pero solamente modificando el estilo de vida se podría evitar uno de cada cuatro casos. Esto es lo que se llama prevención primaria, que consiste en evitar que aparezca. Luego, estaría la prevención secundaria con la detección precoz, con la que prevenimos que aparezca tardíamente. Esto sirve sobre todo para las pacientes que tienen un riesgo genético elevado a las que se les puede plantear, por ejemplo, quitar las mamas. 

"Cuanto más precoz sea el diagnóstico, más asegurada tiene una supervivencia y menos efectos secundarios"

¿Qué ventajas ofrece el diagnóstico precoz en este caso? 

Mientras más precoz sea el diagnóstico, más asegurada tiene una supervivencia, prácticamente del 100%, y menos efectos secundarios o secuelas debido a medicación o a la cirugía. Los tratamientos van a ser mucho menos agresivos y van a conseguir iguales o mejores resultados. Es así de fácil. 

¿El factor genético juega también un papel importante en el cáncer de mama? 

Sí, pero solamente un 5 o 10% de todos los cánceres de mama son genéticos. Esto significa que hay que tenerlos en cuenta y que, cuando existan, hay que aplicar estrategias de reducción de riesgo, por ejemplo, extirpando las mamas y los ovarios. Aunque si una paciente no quiere hacerse una cirugía de reducción, porque es verdad que es una amputación, se llevan a cabo otras estrategias de reducción de riesgo o prevención secundaria, con, por ejemplo, pruebas de imagen cada seis meses. En estos casos, no vamos a evitar un cáncer hereditario por un estilo de vida, pero, en general, modificando los hábitos podemos evitar uno de cada cuatro.

Menciona el tema de la amputación, ¿sigue siendo la mastectomía algo traumático? ¿Continúan temiendo las mujeres que afecte a su idea de feminidad?

Sería importantísimo que la mujer no lo viera así. Y que cuando haya que quitarle la mama, no lo sufra porque crea que no le va a gustar a su marido, sino por la gravedad del caso. Y notamos que esto ocurre mucho sobre todo cuando le ofrecemos a la paciente reconstrucción inmediata. Hay muchas que yo creo que, si fuera por ellas nada más, no se reconstruirían y que lo hacen por no perder la imagen ante los demás, no ante ellas. Pero claro, eso ya entra a un tema psicológico, educacional, etc.

Respecto a la reconstrucción de pecho, ¿cómo ha cambiado la cirugía en los últimos años?

Muchísimo. Cada vez hacemos más reconstrucciones inmediatas por lo mucho que han avanzado las técnicas quirúrgicas. Ahora, se deja más piel, incluso la areola y el pezón, lo cual facilita mucho el que podamos hacer, en más del 50% de los casos, la reconstrucción en un solo acto, poniendo la prótesis o implante definitivo. Y eso es gracias a los avances en el tipo de mastectomía y en los materiales protésicos, que antes tendían mucho a causar infecciones, contracturas o mal resultado cosmético. Y ahora hay hasta implantes que, aunque tengas que dar radioterapia, no se afectan por ella. 

Sin embargo, a pesar de los avances, cada vez se está optando más por cirugías conservadoras (solo se quita el bulto del tumor) que por la mastectomía (extirpación del pecho) ¿no?

Sí, siempre que se pueda se hace la cirugía conservadora de mama. No obstante, si una mujer tiene una mutación y prefiere quitarse las dos mamas porque tiene una probabilidad del 80% de volver a desarrollar otro cáncer de mama, ahí pasamos a la mastectomía. O si, por ejemplo, es una mujer mayor a la que vamos a llevar a radioterapia. Pero, en general, si la relación tamaño de tumor, tamaño de la mama es aceptable, siempre hay que optar por cirugía conservadora. Y si en algunos casos el tumor es más grande, podemos poner primero quimioterapia para reducirlo y ya luego hacer la cirugía conservadora. 

¿Antes era más habitual entonces optar por extirpar el pecho directamente?

Sí, claro. Yo me acuerdo que cuando empecé a dedicarme a la mama, sobre todo con las personas que eran ya mayores, su filosofía era quitar la mama y decían «matado el perro, se acabó la rabia». Además, era una mastectomía muy «salvaje», porque se quitaba mucha piel y, por lo tanto, las posibilidades reconstructivas inmediatas eran nulas. Y las diferidas también eran bastante complicadas porque no se dejaba el terreno para una reconstrucción con un buen resultado cosmético y sin complicaciones.

¿Cuáles son los principales avances en investigación que se han logrado en estos últimos años respecto al cáncer de mama? 

Principalmente han sido en las terapias sistémicas, especialmente en la quimioterapia. Cada vez al tumor le ponemos más apellidos que nos sirven para saber el pronóstico, pero, sobre todo, para ir seleccionando tratamientos que, con menos agresividad, van a tener un aumento de supervivencia increíble. Ahora hay multitud de fármacos, inmunoterapia, terapias dirigidas, terapias dianas...En radioterapia, por ejemplo, disminuyendo las sesiones y dando más dosis en cada una se están consiguiendo los mismos resultados. En definitiva, van orientados a lograr una supervivencia mayor y mantenerla, pero siendo menos agresivo para que la paciente tenga menos efectos secundarios de la medicación y secuelas por la cirugía. 

¿Qué podemos esperar en los próximos años? 

Lo que podemos esperar es que cuando alguien vaya al médico porque se sienta mal y le pregunten: «¿al final qué ha sido?», la respuesta sea: «solo un cáncer de mama».

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"El objetivo es que cuando pregunten «¿qué ha sido?», podamos responder: «solo cáncer de mama»"

¿Y estamos cerca de ese momento?

Eso estaba previsto para 2030 aproximadamente, es decir, nos quedan siete años y yo creo que, a la velocidad que vamos, se llegará a eso. De hecho, ya hay muchas pacientes que, cuando se les diagnostica un cáncer de mama precoz, que son la mayoría, si tienen un viaje organizado no desmontan ya su vida por eso. Y eso para mí, que llevo muchos años viendo a pacientes, es un avance total, porque eso es ir tendiendo a la frase que te he dicho: «al final, es solo un cáncer de mama». 

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