Consumo

El precio del aceite de oliva virgen se duplica en menos de un año en Málaga

Agrupaciones agrarias como Asaja o COAG alertan de que los precios no tocarán techo mientras continúe el actual periodo de sequía 

Las cooperativas malagueñas no descartan una situación de desabastecimiento por la falta de aceite

Las familias recortan su consumo de aceite de oliva ante el alza interminable de los precios

Los consumidores han visto cómo escalaba sobremanera el precio del aceite de oliva, a raíz de una sequía que ha dejado bajo mínimos estas últimas cosechas.

Los consumidores han visto cómo escalaba sobremanera el precio del aceite de oliva, a raíz de una sequía que ha dejado bajo mínimos estas últimas cosechas. / FRAN EXTREMERA. MÁLAGAf. extremera

Fran Extremera

Fran Extremera

El precio del aceite de oliva virgen se ha duplicado en menos de un año en todas las comarcas malagueñas. Ni siquiera en aquellas que lideran la producción, donde muchos usuarios suelen acudir directamente a las almazaras, los costes para el destinatario final se han quedado al margen de esos incrementos generalizados.

¿Y tocará techo el precio final del oro líquido, ahora que es más oro que nunca? La respuesta es la misma tanto si preguntas a los productores, a través de los sindicatos agrarios, o si contestan intermediarios o administraciones públicas. No bajará mientras siga la actual sequía.

El secretario provincial de COAG Málaga, Antonio Rodríguez, recuerda que son ya dos campañas, con la que está por llegar y en base a los cálculos realizados por los técnicos a estas alturas del año, con pérdidas superiores al 60% en cuanto a la producción de aceituna en la provincia de Málaga.

«Hay zonas que han podido tener menos mermas, pero de media hablamos de un segundo año con muy poco rendimiento, por culpa de la falta de lluvias. Hace falta que empiece a llover, de manera abundante, y pronto», relata a este periódico. Y también traslada la enorme preocupación del campo malagueño el presidente de Asaja en Málaga, Baldomero Bellido.

Este último recuerda que hace un año ya se hablaba de un año histórico, pero por la falta de aceituna en todas las comarcas, azotadas por la falta de precipitaciones. Como él mismo recuerda, en ese momento era posible encontrar el precio del aceite de oliva por debajo de los cuatro euros por kilogramo en las almazaras, mientras que ahora ya se ha elevado por encima de los ocho euros.

El sector subraya que este alza de los precios «no compensa las elevadas pérdidas acumuladas, aunque sí que contribuye a compensar parte de lo mucho que han subido combustibles o fertilizantes, porque en algunos casos ha habido incrementos del 300 por 100 en los gastos a los que hace frente el agricultor.

Asimismo han subido la mano de obra para poder responder a los ajustes que implica el actual marco nacional en materia de contrataciones. También se ha referido a estos reajustes el presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), Aurelio del Pino, que insiste en un asunto que no debe escapar a la sociedad: «El hecho de que España es el primer productor de aceite de oliva del mundo conlleva a que los problemas en el mercado nacional hayan tenido un impacto en la cotización mundial de esta producción, y es que el aceite que producimos se demanda desde países de todo el mundo», aclara.

El propio Antonio Rodríguez, como portavoz de COAG en la provincia, puntualiza que la demanda interior ha podido bajar por la subida de precios, pero esa falta de aceite no sólo depende del autoconsumo nacional, sino que son los mercados internacionales los que condicionan los precios. «En Andalucía, el timón lo tiene Jaén, como principal provincia productora, de manera que lo que se fija allí repercute en el resto de la comunidad autónoma y también en Málaga», relata.

En los últimos días, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, era consultado sobre la opción de regular los precios, como después de la pandemia ha ocurrido con otros productos de la cesta de la compra. «No hay solución política o administrativa. Si ahora empezara a llover intensamente cuatro semanas, automáticamente los precios caerían en picado», concluye.

Algunos analistas se remontan a la sequía de finales del siglo XX para buscar paralelismos con lo que ocurre en este momento. Y alertan de que puede producirse «un desvío del consumo» hacia otras grasas y que, como entonces, la situación derive en que el precio del aceite de oliva vuelva a bajar ante la bajada de la demanda. De una u otra forma, lo que a juicio de todos los interlocutores debe terminar por resolver la situación son unas nuevas lluvias.

Proponen otras grasas con las que preparar cualquier receta

Colectivos de consumidores como OCU propone utilizar, frente a la subida del aceite de oliva, otros tipos de aceites para acompañar platos en crudo. Así, para elaborar una ensalada o un gazpacho, entre otras muchas preparaciones, se puede hacer uso de un aceite de fruto seco como la nuez. Su sabor característico, al igual que el del aceite de oliva, contribuirá a potenciar el sabor de nuestra ensalada, como aliciente añadido para el consumidor.