Mirando atrás

Enrique Navarro: el cofrade eterno

En el centenario del nombramiento de Enrique Navarro como hermano mayor de la Expiración, el historiador y cofrade Andrés Camino publica, tras cuatro años de trabajo, la obra ‘Enrique Navarro Torres. El hombre que se convirtió en un mito de la Semana Santa de Málaga’, editado por la Archicofradía y que analiza todas las facetas de este inolvidable cofrade

Enrique Navarro, embelesado ante la Virgen de los Dolores.

Enrique Navarro, embelesado ante la Virgen de los Dolores. / Archicofradía de la Expiración

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El historiador y director de ‘La Saeta’, Andrés Camino, no tiene ninguna duda: «Enrique Navarro es el cofrade más importante de la historia». 

En sus manos sostiene un volumen de 400 páginas que tiene detrás cuatro años de trabajo y que justifica esta afirmación. Presentado esta misma semana en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento, lo acaba de editar la Archicofradía de la Expiración y lleva por título ‘Enrique Navarro Torres. El hombre que se convirtió en un mito de la Semana Santa de Málaga’. 

Se trata del mayor estudio sobre este «hombre renacentista», remarca el actual hermano mayor de la Expiración, Manuel Corcelles, de quien lo dio todo por la Semana Santa de Málaga. 

Sus años de servicio, por cierto, son insuperables: don Enrique (Vélez Málaga, 1897-Málaga, 1981) fue uno de los fundadores de la Expiración y durante 58 años su hermano mayor (desde 1955, hermano mayor perpetuo). Por otra parte estuvo en total un cuarto de siglo en la presidencia de la Agrupación de Cofradías, más varios años como presidente interino. 

El libro, explica su autor, detalla además su papel como comerciante, «que estaba muy poco estudiado y ha sido la parte más laboriosa», confiesa. Por otro lado, la obra da a conocer un buen número de fotografías, hasta ahora inéditas, gracias a la colaboración de su sobrino, Juan Navarro Rivera. 

Enrique Navarro con sus hermanos Antonio y Manuel.

Enrique Navarro con sus hermanos Antonio y Manuel. / Archivo Juan Navarro Rivera

La investigación, que está provista de útiles cronogramas, aborda todas sus facetas: comerciante, cofrade, hermano mayor de la Expiración y presidente de la Agrupación de Cofradías. A este respecto, Manuel Corcelles apunta un dato no muy conocido: Enrique Navarro rechazó ser nombrado alcalde de Málaga. 

Para Andrés Camino, perchelero y hermano de la Expiración, Enrique Navarro fue «un hombre religioso, una persona humilde, alguien que se deja aconsejar y que escucha a los demás, aparte de un trabajador incansable». 

Manuel Corcelles destaca como principal virtud, «la de hacerse de un equipo fabuloso y dejarse aconsejar por mucha gente que le asesoraba muy bien». 

En su juventud, de dependiente en una tienda de Málaga (segundo por la derecha).

En su juventud, de dependiente en una tienda de Málaga (segundo por la derecha). / Archivo Juan Navarro Rivera

La obra recorre, con profusión de detalles, la trayectoria de un veleño que a los 14 años se asentó en Málaga para trabajar de dependiente y que en los años 20 crea con Juan Ruiz la sociedad Navarro y Ruiz de compraventa de tejidos en calle Nueva 18 -20. Tras la muerte de su socio, seguiría con el negocio en solitario.

«Con carácter accidental»

En 1920 es uno de los fundadores de la entonces Cofradía de la Expiración. El historiador Andrés Camino apunta la posibilidad de que ingresara, por su conexión con el comerciante Domingo Orellana, nombrado tesorero y con el que trabajó de dependiente. Tres años más tarde, el 20 de julio de 1923, sería nombrado hermano mayor. El joven veinteañero manifestó entonces que aceptaría su cargo «con carácter accidental». Casi seis décadas estaría al frente a la Archicofradía del Miércoles Santo. 

Su nombramiento supuso el resurgimiento de una cofradía con pocos hermanos e ingresos que tuvo una importante transformación en sólo un año de trabajo. «Era un hombre muy pionero, se hicieron hermanos todos los comerciantes del Centro», recuerda Manuel Corcelles. 

Enrique Navarro, con directivos, hermanos y fieles delante del trono de la Virgen de los Dolores.

Enrique Navarro, con directivos, hermanos y fieles delante del trono de la Virgen de los Dolores. / Archicofradía de la Expiración

Enrique Navarro supo ganarse el apoyo de la marquesa viuda de Aldama, María Cecilia de Cubas y Erice, nombrada camarera honoraria en 1924 lo que se reflejó en un gran respaldo institucional, patrimonial, social y económico para la Expiración, que en esa misma década pasó a ser una de las hermandades más pujantes. 

Vivió Enrique Navarro la quema de iglesias y conventos del 31 y la destrucción de parte del patrimonio cofrade, empezando por la talla del Cristo, salvo la cabeza y un brazo. El hermano mayor estuvo a la altura y volvió a levantar la Expiración, como hizo tras la Guerra Civil, cuyos primeros meses pasó oculto en la portería de su vivienda, en la plaza de la Merced y salvó la vida al menos en dos ocasiones. 

Don Enrique Navarro entrega credenciales a la Guardia Civil en un acto en el Paseo de Martiricos.

Don Enrique Navarro entrega credenciales a la Guardia Civil en un acto en el Paseo de Martiricos. / Archicofradía de la Expiración

Como destaca Andrés Camino, «en los momentos malos es cuando se ve a las grandes personas; es cuando están y Enrique Navarro estuvo». El hermano mayor siguió mejorando la Archicofradía e innovando. En la Expiración se desarrolló una temprana obra benéfica, tuvo la primera casa hermandad y qué decir del patrimonio cofrade, con el trono del Cristo diseñado por el padre Granda y de la estrecha vinculación con la Guardia Civil.

A este respecto, Manuel Corcelles recuerda que «el presidente de las hermandades de Sevilla vino a Málaga y me decía que no había ninguna cofradía en el mundo tan homogénea en los enseres porque todo lo hizo una sola persona en un momento concreto de la historia». 

Amor por la Semana Santa

La gran investigación de Andrés Camino, que cuenta que sólo pudo ver una vez a don Enrique, en 1975 -cuando el futuro historiador tenía 10 años- en uno de los traslados del Cristo de la Expiración y la Virgen de los Dolores, también revela una intensa vida cofrade más allá de su Archicofradía.

Porque el comerciante impulsó en su juventud la Congregación de Jesús Orando en el Huerto, de la que consta que era hermano mayor en 1919 y llegó incluso a compaginar, en 1925, su puesto de hermano mayor de la Expiración con el de vicehermano mayor del Prendimiento. 

En la procesión de la Virgen de la Victoria de 1965.

En la procesión de la Virgen de la Victoria de 1965. / Archivo Histórico Diocesano de Málaga

Por otro lado, jugó un papel muy importante en la Hermandad de la Virgen de la Victoria, de la que fue teniente hermano mayor, nombrado por el obispo Ángel Herrera Oria

Desfile procesional del Resucitado hacia 1941-42, con Enrique Navarro, presidente de la Agrupación de Cofradías

Desfile procesional del Resucitado hacia 1941-42, con Enrique Navarro, presidente de la Agrupación de Cofradías / Archivo Agrupación de Cofradías

La última parte se dedica a su papel como presidente de la Agrupación de Cofradías, en la que en la primera etapa le tocó capear con la guerra y la posguerra. En suma, un cofrade único en la Historia de Málaga.

La biografía, a un precio de 50 euros, puede adquirirse en la Casa Hermandad de la Expiración, el Corte Inglés y en la librería Mapas y Compañía.

En el columbario de la Expiración están depositadas las cenizas de don Enrique Navarro, con su busto y una fotografía de la Virgen de los Dolores.

En el columbario de la Expiración están depositadas las cenizas de don Enrique Navarro, con su busto y una fotografía de la Virgen de los Dolores. / Álex Zea