La plantilla del Málaga está expectante ante el estado del césped que se van a encontrar hoy en Martiricos. Tanto es así, con tanto recelo se cuida el verde malaguista, que ayer el equipo dirigido por Schuster ni siquiera se ejercitó en las instalaciones de La Rosaleda, una práctica habitual antes de cada partido en casa. 22 día después del partido contra Osasuna, el césped sólo se utilizó el pasado viernes 18 en un suave entrenamiento previo al duelo en el Bernabéu. Las sensaciones de los malaguistas entonces fueron horribles. «El césped estaba mal, esperemos que haya mejorado porque el viernes fue un desastre», apuntó días atrás Tissone. Sólo queda comprobar si ha mejorado con el paso de los días.