Casi sin tiempo para tomar posesión de su nuevo banquillo, el malaguismo comenzará a examinar a Míchel desde ya, desde mañana mismo en el duelo contra el Alavés en La Rosaleda, pero también el fin de semana siguiente contra un rival directo por la lucha por la salvación: el Leganés. Dos partidos vitales que marcarán el futuro más inmediato del conjunto blanquiazul y sus aspiraciones ligueras.

Lo cierto es que Míchel no tendrá un camino de rosas en sus primeros días. Y aunque resultará complicado que su mano se haga notar con sólo tres jornadas de entrenamiento e incluso con diez días de trabajo, la exigencia y la premura por alcanzar el cambio son máximas. El técnico madrileño medirá su pizarra, o lo que le haya dado tiempo a esbozar en la plantilla malaguista, contra uno de los equipos más rocosos de la categoría. El Alavés, flamante finalista de Copa del Rey contra el FC Barcelona, espera con una clasificación en Liga placentera y alejado de presión tanto para mirar arriba como para mirar abajo.

En el Málaga los resultados deben llegar cuanto antes y los focos mediáticos apuntan al madrileño y a su capacidad para revertir esta situación. Para ello, el míster ha modificado su modus operandi y ayer, en su segundo día de entrenamiento como malaguista, preparó una doble sesión de trabajo. La primera por la mañana en el Estadio de Atletismo, más intensa y física, pero con el balón siempre como protagonista. La segunda, ya en La Rosaleda y por la tarde, fue más táctica y enfocada a inculcar en la plantilla los avances que quiere que se hagan notar desde mañana sábado.

Hoy la plantilla vuelve a ejercitarse en la que será la última sesión de la semana y donde Míchel ofrecerá su primera convocatoria. El técnico quizás ofrezca varias pistas del que será su primer once. Una alineación inicial en la que se esperan cambios y donde también hay mucha expectación.

Alternativas de Míchel

Jugar con dos delanteros, reforzar el centro del campo, abrir el campo para explotar a los extremos, jugar más defensivos para buscar la velocidad al contraataque o llevar el control del partido adueñándose de la pelota. El nuevo Málaga de Míchel es una incógnita aún por despejar.

El técnico ya dejó algunas pinceladas de lo que quiere de su equipo en las próximas jornadas, pero aclaró que la necesidad es conseguir victorias. «La situación no es la adecuada para este club ni para estos jugadores. Creo que es por ahí por donde debemos ir, encontrar resultados. Ganan los equipos que juegan bien. Y por lo tanto hay que tratar de conseguir ambas cosas», dijo en su presentación.

Aunque más allá de jugar de una manera o de otra, Míchel deberá recuperar a sus jugadores. «Considero que tengo una idea futbolística pero que la tengo que adecuar a la plantilla que tengo, pero no hay mucha diferencia para aplicar lo que he encontrado aquí. Lo que queremos en los entrenamientos es que el jugador se sienta cómodo. No pedimos cosas extrañas. Pero queremos cambiar el ánimo de los jugadores. Y con eso el sábado ya se notará», insistió.

Al-Thani, en el entrenamiento

Otra de las imágenes del día de ayer fue la presencia de Al-Thani en el entrenamiento matinal. El jeque está previsiblemente motivado con la llegada de Míchel al banquillo blanquiazul, y así lo hizo saber también en su presentación. Ayer saludó al técnico y departió unos minutos con la plantilla malaguista.

Junto al dirigente también estuvieron Francesc Arnau, Abdallah Ben Barek y Antonio Benítez, que presenciaron el entrenamiento.