El nuevo entrenador del Málaga CF, José Miguel González «Míchel», se mostró fastidiado por la derrota de su equipo en el esprint final del partido. «Hicimos todo para ganar y todo para perder. Es una derrota dura y cruel. Si hubiese estado aquí todo el año sería desmoralizante, pero acabo de llegar y no me voy a mover de la línea marcada sobre todo en la segunda parte, hay que seguir», aseguró.

Míchel aseguró que tuvieron «ocasiones claras para marcar» y en la segunda parte el equipo jugó «con más personalidad y profundidad».

El técnico madrileño considera que el Málaga «hizo mucho» ante el equipo vasco y anunció que «va a ser así hasta el final, no va a ser fácil. Hay que seguir y no bajar la cabeza», aseguró.

A pesar de que los equipos implicados en el descenso siguen sin ganar, Míchel no quiere confianzas. «Tenemos que acercarnos a un número de victorias y eso es algo que no cambia con lo de hoy -por ayer-».

Por su parte, el técnico argentino del Alavés, Mauricio Pellegrino, dijo que fue un partido «diferente» desde la expulsión del central marroquí Zou Feddal, en el minuto 71, porque el partido estuvo «más parejo».

En la rueda de prensa posterior al choque, Pellegrino dijo que su equipo tuvo «oficio para manejar situaciones» y que fueron «prácticos», ya que se enfrentaron a un Málaga que fue un «gran rival, con buenos jugadores en su plantilla».

«Aunque hemos sufrido -continuó el técnico- el rival nos ha dominado, pero hemos tirado de fuerza y nos ha otorgado el premio final de sumar los tres puntos». «Ahora hay que pensar para adelante», agregó Pellegrino, porque es «una gran victoria».

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