Llegados a este punto de la temporada, donde la permanencia en Primera ya es una quimera y donde la cabeza de más de uno puede estar en otros sitios bien lejanos de Málaga y de su gente, sólo queda pedir una cosa a esta plantilla, a este cuerpo técnico y a esta directiva: dignidad.

Hoy comienza la cuenta atrás para descender a Segunda División. Diez partidos en Primera que son una penitencia, un calvario donde tener que competir y pelear por imagen y por amor propio, porque los puntos quedan ya lejos del valor que un día tuvieron para este equipo.

Y aunque suene descabellado, hay maneras y maneras de caer. Y el Málaga puede descender con las botas puestas, mostrando una imagen de implicación y de entrega de cada uno de sus actores, o puede bajar los brazos, entregar la cuchara y salir pisoteado en cada uno de los diez próximos compromisos que le quedan en la elite.

Hoy, en Balaídos, lo que se le pide a este equipo, además de intentar ganar, es competir. Luchar cada balón con honradez, morder a los rivales y vaciarse hasta que las piernas digan basta. Es una deuda que tienen con la afición y con el propio Málaga CF. Porque la afición malaguista, entregada y cariñosa como pocas, si algo no tolera es la bajada de brazos. No se merece más sinsabores.

Es por ello que esta tarde, ante un Celta irregular pero peligroso como pocos, el que no esté implicado que dé un paso al lado. Ya no es hora para demostrar nada, sólo para dar el nivel. Y los gallegos, cuando huelen la sangre, no hacen rehenes. Curiosamente, el Celta es uno de los tres equipos a los que le ha ganado este Málaga, el colista. Es decir, que no es imposible pensar en un triunfo que haga algo más llevadero el velatorio hasta final de curso.

La victoria del Levante parece haber abierto los ojos a más de uno en Martiricos sobre el descenso, cuando la realidad se viene mascando desde el pasado verano. Así, José González buscará soluciones a su equipo para intentar dar una buena imagen y para soltar el corsé de sus jugadores.

El técnico gaditano, superado también por las circunstancias e incapaz de encontrar soluciones, ha recuperado para la cita a Recio y a Keko. El malagueño, que finalmente viajará hoy al celebrar su segunda paternidad, es un regreso más importante de lo pensado ya que el equipo, con su ausencia y la de Adrián -sigue en proceso de recuperación pese a que ha estado toda la semana entrenando con normalidad-, ha carecido de calidad y de juego en el centro del campo. Es posible, en cualquier caso, que no salga de inicio.

En casa se han quedado cinco lesionados/tocados como son Adrián, Juanpi, Ricca, Kuzmanovic, Peñaranda, el sancionado Samu y el descartado Rolón.

En el Celta, por su parte, sí jugará finalmente Iago Aspas. El delantero gallego, que está con los colmillos afilados y con la mente puesta en el próximo Mundial de Rusia, es la principal amenaza junto a Maxi Gómez. Los gallegos están pendientes de seguir sumando para nos descolgarse en su lucha por entrar en Europa. Una pelea en la que veremos si el Málaga toma parte o es un convidado de piedra.