El Málaga CF es un club tan surrealista que 48 horas después de que su director deportivo le comunicara a sus dirigentes que no quiere continuar en el cargo, nadie ha dicho nada. Ni de puertas para adentro ni evidentemente de puertas para afuera. Silencio. El mutismo vuelve a instalarse en el club de Martiricos en un momento delicadísimo del curso, cuando habría que estar hablando de fichajes para confeccionar una dura temporada en Segunda y trabajando a destajo en las oficinas para llenar La Rosaleda de abonados. Pero esta ausencia de palabras y de conversaciones matan también lentamente al Málaga CF, que se ha quedado paralizado a expensas de que movimientos en la zona noble, ya sea en Catar, Dubai o en el Twitter.

La pelota, en ese sentido, está en el tejado del presidente Al-Thani. Y es que el máximo dirigente tiene que pronunciarse, tiene que decir si acepta la renuncia de Mario Husillos o si decide dar marcha atrás en la negativa a admitir a Lucas Alcaraz y también a prodigarse en futuras injerencias deportivas. Pero como ese extremo parece bastante inverosímil, lo más es que Husillos acabe saliendo más pronto que tarde. En el club insisten en que no hay comunicación formal al respecto, pero todo está paralizado.

Y como muestra, un botón. Ayer no viajó nadie con la expedición blanquiazul a tierras catalanas. Lo hizo, como siempre, Francisco Martín Aguilar. Pero en esta ocasión con nadie de la propiedad -algo también habitual- pero también con la ausencia de Joaquín Jofre -abogado del club- y de Mario Husillos -director deportivo-. El argentino había completado un buen número de viajes con la expedición durante la temporada, pero ayer ya no viajó.

Pero lo peor no es esa orfandad institucional sino la paralización de la parcela deportiva. Todos los movimientos que se habían producido hasta la fecha, las numerosas reuniones con entrenadores y los contactos con jugadores -aunque no habían trascendido había algunas operaciones bien encauzadas-, son ahora papel mojado, a expensas de saber qué sucede con la dirección deportiva. Es por ello que Al-Thani tiene y debe pronunciarse cuanto antes, no debe demorar esta situación y atajar la crisis cuanto antes.

Preguntas con difícil respuesta

Sin embargo, el futuro es incierto. Y las preguntas que hay sobre la mesa tienen difícil respuesta. ¿Qué movimiento hará ahora Al-Thani, buscará un director deportivo o apostará por alguien de la casa? ¿Qué criterio seguirá el dirigente para elegir al nuevo ejecutivo? ¿Quién influye o aconseja al presidente del club, que tiene conocimientos futbolísticos limitados? ¿Tomará esas decisiones pronto o las dilatará en el tiempo?

Lo cierto es no parece que sea una tarea fácil encontrar un nuevo director deportivo y un nuevo entrenador para este Málaga que sigue en caída libre ya que la imagen de Al-Thani y de la entidad de Martiricos está muy tocada de cara al exterior. El presidente, que ya ha demostrado tener poco tacto a la hora de mostrar sus preferencias futbolísticas, también se ha granjeado una reputación en el «mundillo» y no precisamente buena.

Los próximos días volverán a ser decisivos para el futuro del club. No tanto inmediato, sino para la próxima campaña. Urge que Al-Thani mueva ficha.