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Fiesta sin final feliz en La Rosaleda

La hinchada blanquiazul volvió a dar una lección de cómo arropar a sus jugadores desde dos horas antes del encuentro, sin incidentes y mostrando toda la pasión del mundo por su club

Manuel García

Manuel García

La afición del Málaga CF está haciendo todo lo que está en su mano para que el equipo mantenga la categoría. No puede meter los goles, pero sí crear una atmósfera espectacular en cada partido que se juega en La Rosaleda en este tramo final de temporada. De nuevo, la hinchada blanquiazul volvió a dar una lección de cómo arropar a sus jugadores desde dos horas antes del encuentro, sin incidentes y mostrando toda la pasión del mundo por su club.

Así recibía la afición del Málaga CF al equipo en La Rosaleda

Manuel García

Las imágenes que dejó el recibimiento al autobús del equipo en la recta de Tribuna a su llegada al estadio son de las que se recuerdan durante años. Miles de aficionados blanquiazules esperaron al equipo en esta tarde festiva con bufandas, banderas, bengalas y al grito clásico ya de ‘¡Sí se puede!’. Era tal la cantidad de seguidores que había en los aledaños de La Rosaleda que el autobús que transportaba a la plantilla apenas podía avanzar.

Una vez dentro el equipo, los aficionados siguieron la previa en los bares cercanos al estadio, hasta que llegó el momento de entrar y seguir con la fiesta. El club también está poniendo mucho de su parte para que el Málaga tenga un plus extra en estos encuentros y repartió 30.000 banderitas blancos y azules entre los presentes para crear el clima de las grandes citas para cuando los futbolistas de ambos equipos saltaron al césped de La Rosaleda. El himno cantado a capela retumbaba en los alrededores del estadio, mientras las gradas mostraban un aspecto espectacular.

Fiesta en La Rosaleda para recibir al Málaga CF en la previa de su partido ante el Huesca

Fiesta en La Rosaleda para recibir al Málaga CF en la previa de su partido ante el Huesca

Ahora ya solo quedaba que el resultado completara una nueva fiesta malaguista en La Rosaleda. Pero no se consiguió. Estuvo cerca, sin embargo solo uno de los tres puntos pudo quedarse en casa. Los más de 27.000 aficionados presentes en la grada lo dieron todo hasta el final, incluso después de que Rubén Castro fallase ese penalti que dejó silenciada La Rosaleda. Hasta el 96 apretó la hinchada para llevar en voladas a sus jugadores al triunfo, pero el tanto no llegó. Se ha complicado la cosa, más si cabe. Pero tras el partido la afición volvió a despedir a su equipo con aplausos y el grito de ‘¡Sí se puede!, aunque la realidad diga que está mucho más difícil que hace 24 horas. El Málaga volverá a estar arropado en Ponferrada dentro de cinco días, seguro.