El Ayuntamiento de Marbella ha dado un nuevo paso en la protección de la Reserva Ecológica Dunas de Marbella con la instalación de dos barreras para impedir el acceso de vehículos a motor y la regulación del sendero del paraje de la duna Real de Zaragoza como zona peatonal.

Las medidas se toman tras los actos vandálicos registrados en los últimos días en la zona, por donde circular puede suponer ahora una sanción de entre 60 y 3.000 euros, según anunció ayer el concejal de Sostenibilidad, Miguel Díaz.

El edil explicó que «se trata de un punto conflictivo para la movilidad en el que históricamente se agolpan durante la temporada de verano decenas de vehículos, invadiendo los espacios dunares y provocando gran conflictividad».

Díaz afirmó que se van a «redoblar los esfuerzos y a aumentar el control y vigilancia de la zona» para evitar conductas incívicas, por lo que hizo un llamamiento a la concienciación para contribuir a la conservación dunar.

«Algunas personas que acuden a la playa tienen que cambiar la mentalidad y comprender que se trata de un paraje protegido, por lo que deben aparcar en las zonas habilitadas y caminar unos metros hasta la costa, desterrando hábitos insostenibles como querer acceder en coche a pie hasta la playa en entornos de alto valor ambiental y en proceso de regeneración», reseñó.

Asimismo, recordó que las sanciones por la circulación en zonas no autorizadas, en aplicación de la Ley 8/2003 de Flora y Fauna de la Junta de Andalucía, oscilan entre los 60 euros las leves y los 3.000 euros las muy graves.

Respecto a los actos vandálicos, se ha constatado el robo de mesas de picnic, se han destrozado señales de tráfico que regulan la entrada de vehículos a la zona dunar, y muchos automovilistas no usan los aparcamientos habilitados y fuerzan las barreras pese a la escasa distancia entre la zona de estacionamiento oficial y la playa.

Además, muchos vehículos colapsan los accesos peatonales a la playa, impidiendo un correcto funcionamiento de los servicios de socorrismo y ambulancias, se están rompiendo los vallados perimetrales y, a pesar de su prohibición y de que existen senderos de madera preparados al efecto, se sigue transitando y pisoteando las dunas.

Desde 2015 el Ayuntamiento ha incrementado el número de aparcamientos en la zona, añadiendo a los dos lugares habilitados en el entorno 100 plazas, otras dos parcelas en Arroyo Sequillo con 300 plazas y en la zona de Residencia de Tiempo Libre con otras 100, además de un cerramiento de protección de 1.200 metros lineales de madera.