La Feria de Noche de Marbella trata de reinventarse desde que, en 2016, el Ayuntamiento decidiera organizar la de Día en el Parque de la Alameda y la avenida del Mar, en el centro urbano de la ciudad. Las posturas sobre el modelo del evento varían entre aquellos que, como las hermandades y cofradías, celebran que la Feria de Día haya vuelto a un emplazamiento próximo al casco antiguo, y los que consideran que la separación de ambas ha devaluado a la Feria de Noche, que permanece en unos terrenos ubicados en las afueras de la ciudad y que colindan con el centro comercial de La Cañada.

Es el caso de Vicente Ortega, uno de los camareros que trabaja en la caseta que los Romeros de San Bernabé gestionan en el recinto de la Feria de Noche. Asegura que «es un trastorno» para el público tener que desplazarse desde el centro de la ciudad hasta el recinto de la Feria de Noche. «Si comes en la Feria de Día, no subes a la de Noche a menos que tengas niños pequeños que quieran ir a las atracciones», indica este camarero, que trabaja desde hace 25 años por las ferias de diferentes ciudades de España, como Valencia, Albacete, o Alcobendas, en Madrid, y que ha acudido a las últimas ocho ediciones de Marbella. «La feria tiene que estar concentrada en un mismo sitio, como en Sevilla o Málaga. El que viene a la feria, llega por la mañana y se va por la noche», reitera.

Raski Orabi dirige desde hace unos 20 años una de las atracciones en la Feria de Noche. Asegura que la falta de casetas en el recinto ferial es un impedimento para atraer al público. «La gente se queda en el centro. Cuando los niños se van, a las nueve o diez de la noche, nos quedamos vacíos. Haber separado las dos ferias ha sido un error, no ha salido bien. La Feria de Noche era mejor cuando estaba más cerca del centro de Marbella. Ahora estamos muy retirados», señala desde la ventanilla en la que dispensa las entradas para acceder a su atracción.

Francisco García añade que, desde que la Feria de Día se ha trasladado al centro de Marbella, «ha bajado la cantidad de público y los ingresos». «Aquí (en el recinto ferial nocturno) no ganamos como ganábamos allá abajo. Entonces la gente se movía más y había más publico. La venta, ahora, dura una hora u hora y cuarto, como mucho. Llevamos dos años en los que no ganamos nada. Aunque pongan autobuses o trenecitos, lo más cómodo es venir en coche, pero no hay aparcamientos. Cuando la feria estaba bien era cuando se instalaba en Arroyo Primero», señala desde detrás de la barra en la que sirve hamburguesas y perritos calientes.

Rosa Téllez es la encargada de la caseta tradicional, que depende del Ayuntamiento. Sostiene que la Feria de Noche «está un poco alejada» del centro urbano, por lo que «entiendo que a la gente le cueste trabajo subir».

Para facilitar el acceso a la Feria de Noche, el Ayuntamiento ha organizado un servicio de transporte con doce autobuses, cada uno con capacidad para 55 pasajeros y que realizan nueve paradas por el centro urbano,además de dos trenecitos, y ha habilitado una parada de taxis en las inmediaciones de la entrada del recinto ferial.