Pablo Esquivel P. Málaga

Sábado, 23 de julio, nueve de la mañana. A esa hora comenzó el Campeonato de España de Atletismo al aire libre en Málaga. El Nuevo Estadio parecía otro respecto al de días pasados, como si una barita mágica lo hubiese tocado. Y es que un día antes, a la entrada te topabas con montones de arena, tractores... Ahora, una tela blanca, que rodea todo el coliseo, camuflaba los desperfectos.

Una vez en el interior del `Ciudad de Málaga´, la imagen mejoraba. Una carpa para el catering sumada a la pantalla de televisión o la pista interior, donde los corredores entrenaban, le daban un cariz más profesional a la instalación.

En el graderío se veían muchos huecos. El número de aficionados apenas llegaba a los doscientos. Aunque eran ruidosos porque una malagueña participaba en ese momento, Rocío Florido. Cuando la atleta del equipo `Valencia Terra i Mar´ pasaba delante de ellos se escuchaba: "¡Venga Rocío, venga!". Instantes después de acabar la carrera y haber ganado la medalla de plata, la costasoleña destacaba ilusionada: "Oir mi nombre en cada vuelta me ha dado mucha fuerza".

Eso sí, la mayor parte de las personas que se congregaron por la mañana en el recinto no estaban sentados, tranquilamente, viendo las pruebas de 10 km. marcha, 100 y 200 metros, sino trabajando. Rosa Vidal, jefa de controles dopping de la Federación Española de Atletismo, con cierta experiencia en otros grandes eventos, aseguraba que en este deporte no se dan tantos casos de dopping como en otros, mientras se quejaba del exceso de temperatura. El jefe de seguridad de operaciones, Fernando Villén, ataviado con un traje gris, le iba a la zaga y confesaba que el calor le estaba dando más problemas que la coordinación del acontecimiento.

Entre los coordinadores regionales encontramos al ex arbitro internacional de fútbol, Antonio Jesús López Nieto, que se mostraba exultante. Lanzaba elogios sin parar a la buena organización del Nacional. Pero sus mejores palabras se las dedicó a los colaboradores. "Es increíble como puede haber tantos sin remuneración alguna",recalcó en varias ocasiones.

El malagueño se refería a los cerca de doscientos niños que por amor al arte aportaron su granito de arena para el buen desarrollo del Nacional. Unos realizaban encargos de última hora, como cambiar una papelera de hierro, otros se encargaban de que no les faltaran bebidas a los deportistas y muchos soportaban estoicamente el sol de cara con cestas en sus manos a pie del tartán. "Lo hacemos con mucho gusto. Nos apuntamos a través del colegio y no nos lo pensamos un solo segundo", explican Marta Amaya y Amapola Rey, ambas de 12 años, sabedoras de que pasarían diez horas en las instalaciones.

Por la tarde, el calor remitió, porque acompañaba una ligera brisa. Con la llegada del salto de pértiga, participaba una de las esperanzas locales, Dana Cervantes, la hinchada se animó, pero durante su actuación anduvo despistada por no funcionar la pantalla correctamente y el `speaker´ estar en otras cuestiones.

La afición no defraudó. Se esperaba un lleno absoluto en el graderío principal y se cumplió el pronóstico, la totalidad de localidades cubiertas. Tanto es así que las previsiones se vieron desbordadas y se tuvo que abrir la zona derecha. "Además, hemos repartido seis mil invitaciones, dos mil más de las que en un principio estaban previstas", aclaró Patricia Cano, jefa de prensa.

Borja Vivas no estuvo a la altura. Aunque contaba a su favor con cánticos y pancartas, el atleta no logró su objetivo. A Álvaro Fernández tampoco le faltó el cariño de la grada. Ni a él ni a Cerezo, en 1.500.

Hoy será otro día de emociones fuertes. Y de calor. En la grada y en la pista.