Cantaba Manolo García en una de sus canciones que quién canta, su mal espanta. El grupo de origen francés Daft Punk decía en su famoso tema 'Get lucky', que están toda la noche levantados hasta la salida del sol para tener buena suerte y levantan sus copas hacia las estrellas.

El ser humano siempre ha buscado la buena suerte a través de rituales ancestrales. Las estrellas, el sol, la noche y principalmente la luna han sido elementos recurrentes en todo tipo de ritos en busca de lo positivo. En el mundo occidental, cada vez más absorbido por la tecnología, estos ceremoniales están cada vez más olvidados.

La noche más corta del año, la del solsticio de verano, sin embargo está cada año más de moda en la costa y en el interior de la provincia entre la población más joven, pues se ha convertido en algunos casos, en toda una fiesta en la que el agua y el fuego son las protagonistas. Aunque es una tradición pagana, la biblia dice que fue el día en el que nació San Juan Bautista y para anunciar tan importante nacimiento, el profeta Zacarías encendió una gran hoguera. Pero la celebración de la noche más corta del año también esta muy relacionada con el agua.

En todo el litoral malagueño el mar será el punto de encuentro de cientos de personas que se concentrarán en torno a una hoguera en la que se hacen espetos o alguna carne a la brasa con los amigos, "saltamos las brasas y pedimos deseos. Es una costumbre que todos hacemos. La fotografía que produce las hogueras en la playa con las casas y el castillo Sohail al fondo es maravillosa", cuenta Yolanda Prados de Fuengirola.

Algunos ayuntamientos costeros días antes a esta mágica noche ponen a disposición del ciudadano unas solicitudes para poder armar un fuego en la playa, muchos de ellos habilitan zonas e incluso disponen de jábegas llenas de arena sobre las cuales se permite el uso de fuego para barbacoas.

La playa ese día no se vacía, pues los últimos bañistas se solapan con los primeros en llegar a la fiesta, "siempre he reconocido este día como el del comienzo del verano. Y siempre esta noche me recuerda a mi padre que se llamaba Juan y que disfrutaba mucho de esta noche en la playa. Cada noche de San Juan bajamos la familia a la orilla de la playa suelo llevar un clavel blanco en su honor que tiro al mar en su memoria", narra desde una playa de Estepona, Carolina Morillas.

Justo a las doce de la noche cada cual aplica una ceremonia distinta pero siempre en relación al agua o el fuego. Si vas a estar en la playa he aquí algunas de las formas de purificarte: Avanzar hacia el agua y esperar a que 7 olas te den en las piernas, bañarse, lanzar 3 flores blancas a modo de deseo, saltar tres veces una hoguera pidiendo deseos, llevarse a casa una botella con el agua de mar y después depositar unas gotas en casa esquina pidiendo que se vayan los malo y entre lo bueno y guardar esta botella en un lugar de la casa hasta el mismo día del siguiente año.

En los municipios del interior imperan los llamados 'júas'. Muñecos realizados por los vecinos de distintas calles y que se queman a las doce de la noche. Estos 'júas' son fabricados con ropas viejas rellenas de trapo, paja y de cohetes a los que se le han acortado la vara, llamados rateros porque al carecer de vara se desplazan por el suelo.

Es el caso de Alozaina en la que la tradición tiene un profundo arraigo. Y en la que cada noche de San Juan se recuerda a una de las mayores impulsoras de la fiesta Ana Rojas, popularmente conocida por Ana la de la Cruz. "Mi madre comenzaba a idear el muñeco que poníamos en nuestra calle meses antes. La gente le iba preguntando de qué personaje se trataba, pero ella nunca lo decía y creaba una gran expectación. Aunque iba dando pequeñas pistas hasta la noche de San Juan no se sabía hasta que lo colgaba de un alambre en medio de la calle. Recuerdo el trasiego de aquella tarde en mi calle. Por regla general el muñeco o los muñecos eran personajes que no caían bien a la sociedad por cualquier asunto", relata Mateo Bellido, hijo de Ana.

Actualmente el sucesor de Ana es Francisco Sánchez Rodríguez, 'Paquito el del kiosko' que hace sus muñecos con la intención de homenajear cada año a un vecino de Alozaina. Es el 'júa' que se quema frente a su kiosko de chuches y que es uno de los más esperados cada año. Una vez ha ardido el Juas es tradicional pisar sus cenizas.

Si te vas a encontrar en el interior de Málaga puedes escribir tres deseos en un papel y quemarlo o también quemar tu ropa personal para las llamas destruyan lo negativo, dejar un recipiente toda la noche al sereno a la hora establecida y al siguiente día con esta agua mágica lávate la cara.

Todos estos ritos caben en la noche más corta en la que muchos ayuntamientos preparan verbenas, actividades o conciertos para llegar de la forma más divertida hasta la salida del sol.