Los vecinos del municipio de Teba han vuelto estos días a estar en todos los informativos de España después de la polémica surgida con las campanas de su iglesia. A primera hora de la mañana del lunes 29 de julio, vieron como varios operarios y el cura del pueblo intentaban desmontar tres de las seis campanas de su iglesia para llevarlas a su restauración y someterlas a un proceso de automatización. Como los vecinos no estaban de acuerdo con esta decisión, alrededor de trescientas personas se dieron cita a las puertas de la iglesia para protestar e intentar conseguir, con éxito, que las campanas no se movieran de su campanario.

Para las personas ajenas a Teba puede parecer extraño ver cómo un pueblo no quiere conservar su patrimonio, pero toda esta polémica tiene una historia detrás. En el año 1929, las antiguas campanas de Teba fueron trasladadas a Sevilla para una Exposición Iberoamericana donde iban a ser expuestas. La promesa que les hicieron a los tebeños fue que, una vez pasada la exposición, las campanas volverían a su lugar de origen, pero el regreso jamás se produjo.

Al final, las campanas se quedaron en la Giralda de Sevilla y Teba, tras varios años de espera, accedió a comprar otras campanas de un gran valor histórico por ser centenarias.

Con miedo a volver a perder las campanas y que el pueblo se quedase sin sonar, los vecinos salieron a la calle a protestar. Para mayor inri, el desmontaje de las campanas corría a cargo del párroco del municipio, Joao Carlos Ferreira, con quienes los habitantes de Teba no simpatizan porque aseguran «haber quitado tradiciones del pueblo, mover la misa de los domingos a las diez de la mañana en vez de su horario habitual, quitar las llevas de la iglesia a las personas del pueblo que tenía acceso y doblar tarde cuando había un fallecido», aseguraba A. G., una vecina de la localidad.

El cura del municipio argumentaba a los vecinos que, como tenía que ir a otros pueblos cercanos a Teba para cumplir con su trabajo, no podía doblar a tiempo. Por ello, el párroco pretendía automatizar las campanas para que desde la distancia pudiera hacerlas sonar y evitar así más conflictos de este tipo. Sin embargo, desde la información general del obispado han informado que «ahora mismo no hay nada porque el mes de agosto no hay nadie, está todo el mundo de vacaciones y hasta septiembre no se sabe nada». De este modo, las obras para las reformas y automatización de las campanas se encuentran totalmente paralizadas.

El Ayuntamiento, por su parte, ha emitido un comunicado donde reflejan su deseo de que las campanas no salgan del municipio y se arreglen, a ser posible en el campanario: «Adoptaremos las medidas necesarias para que las campanas no salgan de la iglesia, procediendo a su arreglo en el propio campanario, asumiendo la diferencia de precio existente» reflejaba el comunicado.

Además, añadieron que «en ningún momento Teba se niega a la rehabilitación y mejora del patrimonio histórico de la localidad» y que el motivo para la oposición de que se llevaran las campanas el pasado lunes se debía a «la falta de información».

Con la llegada del mes de agosto se ha puesto un punto y aparte a una temática que enfrenta al párroco de la localidad y a todos sus vecinos. Próximamente, deberán sentarse con las autoridades pertinentes y llegar a un acuerdo para conservar así su patrimonio histórico, a fecha de hoy, se desconoce el lugar y la persona que procederá al arreglo y automatización de las campanas, si es que finalmente se produce. Teba seguirá defendiendo sus campanas.