El antequerano Samuel Martín Ruiz lleva más de 20 años con diabetes. Con el paso del tiempo ha aprendido a vivir con ello con total normalidad y moderación. Una ruptura sentimental le animó a compartir con los demás su experiencia de vida a través de su libro La Diabetes y yo donde, además, desmiente mitos sobre la enfermedad.

¿Desde cuándo supo que era diabético?

Tengo diabetes desde los cuatro años y medio. Pasé una mala temporada porque mis padres se creía n que estaba un poco rebelde ya que me orinaba en la cama, bebía mucha agua y tampoco quería comer. Me llevaron al médico para llamarme la atención y la sorpresa fue que salí con unos de niveles de glucosa muy altos, detectándome diabetes en el momento.

Era muy pequeño, ¿fue consciente de la situación?

En aquel momento para mí no fue difícil porque no entendía que ocurría. Sabía que me pinchaban por algo pero sí es cierto que para mis padres fue muy duro.

En el sentido estrictamente teórico, ¿qué es y cómo afecta la diabetes a una persona?

Hay diferentes tipos de diabetes pero en la principal, que es la diabetes tipo uno, el páncreas deja de segregar insulina. Entonces te la tienes que inyectar de forma artificial para poder comer y tenerla controlada, porque de otra forma incluso podrías morir.

¿Y los otros tipos?

La diabetes de tipo dos, que se da normalmente en personas más mayores de la tercera edad, no es tan complicada porque el páncreas todavía funciona y se pueden ayudar a través de pastillas.

Se han creado muchos mitos alrededor de la diabetes, sobre todo cuando se sabe de un conocido que la padece.

Sí, por ejemplo, en cualquier situación inusual, fuera de casa, ya sea al salir a comer a un restaurante o en una fiesta, siempre están más pendiente de ti. En mi caso me preguntan si me he medido el azúcar, que si me he puesto la insulina, cuánto he comido, cómo me encuentro, que si me ven muy blanco... te hacen miles de preguntas.

¿Es necesario tanto control?

Si eres un niño puede que sí porque no eres tan consciente del riesgo, pero de mayor tú ya te conoces y sabes cómo te sientes en cada momento.

¿Cuándo fue el punto de inflexión en su caso?

Mi madre me sobreprotegía, estaba pendiente de mi las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, pero cuando llevaba 6 años con diabetes, antes de ir a una excursión del colegio mi madre me enseñó todo lo que tenía que hacer y confiaba en que no me pasara nada. A partir de ahí ya fui más independiente, aunque tuvo que pasar mucho tiempo para que mis padres realmente se fiaran de mí.

¿Es posible llevar una vida normal siendo diabético?

Es cierto que yo mismo he tenido muchas dudas sobre los trabajos que podía hacer o los estudios que podría realizar, pero nada más lejos de la realidad. Se puede trabajar de cualquier cosa siempre que lleves un control. Yo he estado en el campo, he trabajado en bares y todavía no he visto ningún trabajo que me haya dado problemas. Es verdad que por normativa hay algunos trabajos que no puedes ejercer porque te exigen muy buena forma física pero la mayoría de ellos puedes realizarlos sin problemas.

¿Puede comer de todo?

No hay ningún alimento que no pueda comer. Todo es controlar qué azúcares y qué cantidades de hidratos de carbono te estás comiendo.

Y pánico especialmente por la noche, ¿no?

Diría que en más del 70 por ciento de la gente con diabetes que conozco, sus padres no duermen e incluso le hacen mediciones de glucosa a sus hijos mientras duermen por miedo de que les dé una bajada y «no la cuenten». Es cierto que dan bajadas, pero con suerte la mayoría de personas con diabetes se dan cuenta si les ocurre. Esto es muy frecuente sobre todo en los primeros años debido al desconocimiento. Yo con 24 años todavía me levanto por la noche por una bajada y no pasa nada.

Mejor no mirar internet para buscar curas milagrosas, ¿no?

Sí, hay mucha gente que ha escrito sobre ello y, actualmente, no hay ninguna cura, aunque los padres siempre se aferran a eso.

Y ha terminado escribiendo hasta un libro.

Sí, la diabetes afecta también al estado anímico y al sistema inmunológico. Pasé por una ruptura sentimental y me dio por escribir todo lo que sentía y lo quise compartir para poder ayudar a todos los que podrían pasar por una situación similar, intentado ser lo más cercano posible.