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Agricultura

Las importaciones amenazan el inicio de la campaña de la cebolla

Asaja denuncia que el bulbo español se está cotizando a un precio ruinoso que se multiplica por diez en los lineales de gran distribución

Las importaciones amenazan el inicio de la campaña de la cebollaL. O.

La importación de cebolla de terceros países como Nueva Zelanda o Senegal está desestabilizando la campaña de la cebolla de Andalucía que ha comenzado en la comarca de Antequera. La compra de cebollas de fuera por parte de los lineales de gran distribución está dejando de lado la producción local y sirviendo de pretexto para presionar los precios a la baja.

«No entendemos cómo los supermercados permiten que este tipo de productos se pongan por delante de los que se producen en nuestra región, no sólo por el apoyo al producto de cercanía, sino también por la calidad, frescura, controles y seguridad alimentaria que ofrece nuestra cebolla frente a la de fuera», explica el presidente de ASAJA Málaga, Baldomero Bellido.

Sólo con empezar la campaña de recogida de este bulbo, las expectativas ya son malas para los productores de la cooperativa Horticultores El Torcal de Antequera, que temen correr la misma mala suerte de zonas productoras de Sevilla y Córdoba que han dejado muchas parcelas de cebolla sin coger. «El panorama es desolador. Estamos muy preocupados porque vemos que aquí puede pasar igual», afirma Juan Antonio Romero, gerente de la empresa, quien extiende su indignación a todos los trabajadores. «No se entiende la idea de los grandes supermercados de España de importar cebolla en pleno mes de mayo, cuando a finales de abril comenzó la campaña de cebolla en Andalucía y parte de Murcia».

Y es que los productores españoles tienen que cumplir con una normativa europea muy exigente con la que la calidad del producto está garantizada. «Nos tenemos que ajustar a un reglamento de la Unión Europea de prácticas, uso, normativas y sanidad alimentaria que, si no es el más exigente del mundo, está entre los primeros», explica Romero que tacha de lamentable que se importen alimentos de países que no cumplen los criterios de calidad mientras ellos tienen que dejar de coger y retirar cebollas «que tanto trabajo nos ha costado producir». A la escasez de recursos hídricos, se suma el hecho de que la cebolla tiene una vida muy corta y no se puede almacenar, por lo que la cosecha está en peligro de echarse a perder en poco tiempo.

Los agricultores creen que a la larga esto puede suponer un duro golpe para la economía de cercanía y puede afectar a otros ámbitos si no se toman cartas en el asunto, porque se favorece a productos de terceros países cuando ni siquiera llegan a cubrir los costes de producción porque, según el gerente de Horticultores, venden poco y mal: a 12 o 13 céntimos, cuando los costes llegan a 20 céntimos. «Esto no se puede permitir después de todo lo que llevamos pasado. Todos los sectores nos tenemos que unir; exigimos un control eficaz de todos los productos que entran en las fronteras porque sino sólo vamos a dañar el tejido productivo de España».

Lo peor es que este problema no es nuevo. «Ya el año pasado se produjo un problema similar. No podemos estar todos los años buscando excusas para justificar esta situación», remarca Bellido.

Por otro lado, destacan que este año, la situación se ha agravado por el bloqueo en el Canal de Suez. «El parón en la circulación de mercancías ha originado que cuando se restableció la comunicación saliera de golpe gran cantidad de producto, saturando el mercado y dejando los precios por los suelos, aunque en ningún momento ha dejado de faltar cebolla en el mercado».

Asaja Málaga, reclamó la reducción de los módulos de IRPF de la cebolla, «reducción que fue denegada, por lo que hemos vuelto a insistir. Queremos que nuestro producto sea valorado para que no se vuelva a producir esta situación».

Denuncia que el precio de la cebolla nacional en origen se multiplica por diez en los lineales. España preveía importar de Nueva Zelanda unas 175.000 toneladas de febrero a mayo, de las cuales 100.000 son para la UE, «pero pueden seguir llegando cebollas de fuera».

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