El perímetro del Estado de Derecho no es tan neto como algunos pretenden, hay zonas grises, fronteras imprecisas, tierras de nadie. ¿Se puede negociar con una banda terrorista? Si nos ponemos muy estrictos, no. Un negociador debería denunciar de inmediato a sus interlocutores, para no ser encubridor. Pero, en todo caso, ¿qué negociar? Incluso sin contrapartidas políticas, innegociables so pena de cooperar con el terrorismo al ayudarle a alcanzar sus fines, ¿cabe negociar medidas de reinserción, o paliativas de las condenas, que en buena medida incumben al poder judicial?

Sin embargo hay un punto en que la negociación es necesaria, razón por la que todos los gobiernos de España, y del mundo, la han intentado. La actual ofensiva contra el Gobierno por este motivo resulta obscena. Aunque cierta hipocresía forma parte natural de la política, resulta socialmente tóxica en dosis tan altas.