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Tibuna

Ordeno y mando

El subconsciente le jugó una mala pasada, o a lo mejor no, a Javier Arenas en su discurso electoral de promesas sin fin en la ciudad de Andújar cuando dirigiéndose a sus votantes fieles les dijo que era el momento del «ordeno y mando». A su lado, un sonriente y bonachón Mariano Rajoy, como diciendo: «Javier, llegas tarde; eso lo hago todos los días y a todas horas».

Es lo que hay. Las urnas le dieron a Rajoy un poder absoluto y nada que oponer, aunque quede el recurso del pataleo. Veamos. Estamos condenados a las mentiras. No subo impuestos, no habrá recortes en sanidad y educación, no habrá despido barato. Era el deseo de Rajoy y de Arenas; de Jimena de Cospedal y Montoro.

Mintieron. Y lo que está por venir: reforma laboral que machaca a los trabajadores y es bendecida por los empresarios (el gran patrón Díaz Ferrán ante los tribunales por supuesto delito fiscal) y en el horizonte más impuestos, subida del IVA (aunque digan que no), y, sobre todo, abierto el apetito para quienes ya se relamen ante la apetitosa mesa de la sanidad y, en menor medida, la educación; pero todo se andará. De dependencia y prestaciones sociales, mejor es no hablar. Es lo que hay y como las lentejas, las tomas o las dejas. Es la filosofía de otro gran prohombre de la política, el ministro andaluz Cristóbal Montoro, que parece tocado por el espíritu santo, habla y pontifica ex cátedra y lleva camino de convertirse en un político desagradable, guerrillero y provocador.

La altanería de Montoro con Andalucía es un insulto. La actitud de Montoro cargándose a la cúpula que investigó la trama de Gürtel y la supuesta financiación del PP es presagio de lo que está por llegar. Montoro cumple a rajatabla el ordeno y mando, en posición de firme y espíritu legionario. Y es más fuerte aún que Montoro se llene la boca pidiendo a las comunidades no levantar la voz para no dar mal ejemplo a Europa y a los mercados, mientras que él, Guindos y Rajoy mercadean en Bruselas, siendo los primeros en levantar suspicacias sobre el grado de cumplimiento de España del déficit comprometido. Y más aún: Bruselas le está pidiendo a Rajoy el presupuesto del año 2012. Y Rajoy, empecinado en hacer de Arenas el preboste para que toda España se vista de azul(la Generalitat catalana, ya lo está) retrasa la presentación de los presupuestos hasta después de las elecciones. Esto, señor Montoro, sí es reírse de Andalucía y de los andaluces. Rajoy y Montoro se ponen a silbar al pie de la Giralda, con el olor del azahar, para que Javier Arenas no tenga que desvelar la cascada de recortes que nos esperan. Lo dicho, ordeno y mando. Como en los viejos tiempos.

P.D.- (1) A Antonio Sanz le huelen los dedos de tanto manejar grasosos papeles en los que detalla cada día un nuevo fondo de reptiles. Y también cintas, burdamente manipuladas, por alguien cercano a su partido y a Javier Arenas. La guerra sucia electoral, en los próximos días, nos deparará más sorpresas. Sanz se prepara.

(2) José Ignacio Wert, ministro cacharrero, ha dejado compuesto y sin «Pradillo» a Javier Arenas. Ni dice sí, ni dice no. Una vez más, la trenka. Dos pasos adelante y tres atrás. Este Arenas no tiene arreglo. ¿Cuál será su próxima ocurrencia?

(3) A la jueza Alaya, últimamente palmera con los del Río, le faltan días para la agenda electoral que se ha montado. La justicia electoral es justicia de pacotilla. Es de esperar que Javier Guerrero aclare ante la jueza lo que Antonio Sanz repite como mantra electoral para atacar a los socialistas: un mundo (el socialista) de juergas, cocaína y corrupción.

(4) Ana Mato, ministra de Rajoy, que hace años se despertaba sin saber quién había dejado en su jardín un coche de alta gama, que humilló a los andaluces con sus opiniones, visitó de la mano del alcalde de Sevilla, Los Pajaritos, barriada marginal sevillana. A ver si aprende.

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