Doña María Jesús Montero, consejera de sanidad de la Junta de Andalucía, soy uno de los miles de especialistas en periodo de especialización; sí, de esos que usted considera privilegiados. Privilegiado por trabajar más de 32 horas continuas sin dormir, privilegiado por tener la responsabilidad de decidir sobre la salud de los pacientes, privilegiado por tener que comunicar malas noticias, privilegiado por dedicar horas no reconocidas a investigaciones para justificar esa Andalucía imparable con la que se les llena la boca a ustedes los políticos. No, señora consejera, le voy a decir por qué sí soy un privilegiado. Soy un privilegiado porque trabajo en aquello para lo que estudié, privilegiado porque estoy donde estoy gracias a mi esfuerzo personal y, sobre todo, me siento orgulloso de no depender de dietas ni de vender humo para asegurarme un estatus político para el cual no estoy capacitado. Supongo que usted no conocerá esta sensación, ya que nunca ha ejercido la medicina, a pesar de ser licenciada en Medicina y Cirugía y por ostentar un cargo que le hemos dado la oportunidad de copar nosotros los ciudadanos. Quisiera pensar que su reticencia a la negociación viene derivada de una terquedad sustentada en unas ideas, pero la verdad es que creo que usted, señora consejera, no es la excepción de la inoperancia que caracteriza a la clase política española y andaluza y que nos están abocando a una debacle social y económica. Lo que usted no se imagina es que esta «guerra» la tenían ustedes perdida antes de empezar esta penosa huelga, porque lo que han perdido ha sido toda una generación a la que siempre se le ha tachado de indolente, de no querer luchar por nada y ahora que alzamos nuestra voz se nos tilda de irresponsables. Pasará mucho tiempo en recuperarnos de esta crisis económica, pero se tardará aún más en recuperar la confianza en la equidad y la justicia que ustedes, dirigentes, deberían de garantizarnos, pero que desgraciadamente cada día que pasa demuestran que son incapaces de cumplir.

Médicos en huelgaJosé Luis Serrano MartínezMálaga

Tonio Borg, político maltés, ha sido elegido comisario de Sanidad y Comercio de la UE.

Este político es un ferviente defensor del no al aborto, no al divorcio, no a los matrimonios homosexuales. Dicho de otro modo, la Unión Europea elige a un comisario en las antípodas del título III de su propia carta magna. Dicho de otro modo, la Unión Europea cava su propia tumba cuando se aparta descaradamente de su papel conciliador, de su capacidad occidental de afrontar los retos sociales. Hombres caducados no pueden afrontar dignamente las premisas éticas-morales de nuestro viejo continente. Conscientes somos de que hay muchos buitres merodeando Europa -la usura-, ahora también podemos avistar un peligroso halcón. Así no. No.

El halcón maltésFrancisco García CastroEstepona