Lo fácil es sumarse a la marea de indignación blanquiazul que recorre las calles por la polémica sanción del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) que deja al Málaga fuera de competiciones europeas. Lo complicado es preguntar si, como se sostiene de forma generalizada en la ciudad, es una cacicada de Michel Platini y de su brazo ejecutor llamado Comité de Control Financiero de Clubes de la UEFA (CFCB) o es el resultado de una ineficiente gestión por parte de los propietarios del Málaga. Que cada cual piense lo que quiere. El club y la afición tienen todo el derecho a sentirse como cabezas de turco de unas reglas que otros equipos han incumplido sin que nadie se atreva a cuestionar su «fair play» financiero.

Pero lo cierto es que al Málaga se le avisó desde hace tiempo que tendría que cumplir con los reglamentos de las licencias de clubes de la UEFA y del juego limpio financiero y, a la espera de conocer los fundamentos jurídicos de la resolución del TAS, parece que no se ha cumplido o no se ha tenido la fuerza suficiente con Hacienda para que colaborara en la búsqueda de una solución que colmara a Platini y a sus concienzudos secuaces. Cosa difícil, por otra parte. Aunque el Málaga presentara un carro cargado de razones jurídicas, Platini ya nos tenía sentenciados. Ajusticiados. Garrote vil.

Siendo esta situación grave, lo importante ahora es que el Málaga se centre en el terreno deportivo, en la planificación de la próxima temporada y se despejen las dudas que rodea al club por la falta de comunicación. Aunque el director general del club, Vicente Casado, lanza mensajes de tranquilidad, no reconforta saber que el Málaga ha iniciado ya la operación salida sin que exista un director deportivo o un entrenador que dé el visto bueno a la venta y compra de jugadores. El único baremo que impera por ahora es el económico sobre el deportivo, pero tampoco hay que olvidar que el jeque inyectó 140 millones de euros en el Málaga que le permitió alcanzar la gloria europea. Aún tiene margen de confianza, porque ya se intuía que la plantilla perdería a las piezas más cotizadas si no jugaba en la Champions. Joaquín fue vendido ayer; Iturra prefiere el Granada al Málaga; y tras estos desfilarán por la puerta de salida Isco, Toulalan, Demichelis, Roque Santa Cruz, Baptista.., que gozan de fichas altas.

El nuevo Málaga será distinto. Y aunque la decisión del TAS supone un golpe importante para el proyecto deportivo, la dirección debe cerrar cuanto antes la llegada de Schuster para que lidere la planificación deportiva y se fichen jugadores de acuerdo a sus características de juego que le permita estar entre los diez primeros de la tabla y, con suerte, pelear por entrar en una competición europea. Se imaginan a Michel Platini entregando un título europeo al Málaga. Pagaba por verlo.