a podemos comenzar a desmontar a La Roja. La derrota ante Brasil es argumento para desmitificar a la doble campeona de Europa y campeona mundial. Todo esto es agua pasada que no mueve molino. No hay nada más español que despedazar a alguien al menor error. Del Bosque puede comenzar a dejar de ser el hombre sereno, que ha sido capaz de mantener un equipo triunfo tras triunfo. Ya se le puede perder el respeto. A fin de cuentas es un seleccionador y tal cargo faculta al personal civil, incluidos periodistas, para cargarle muertos de todo tipo. Ya podemos comenzar a apuntar que se ha acabado un ciclo, que esta selección ya no tiene recorrido y fue bonito mientras duró. Falso de toda falsedad. Esta selección tiene recorrido y jugadores capacitados para el relevo. Aún no ha llegado al tiempo de convertirse en mito

La actuación en Maracaná no fue para echar cohetes. No jugó bien, sus hombres clave no tuvieron la lucidez de otras veces y es posible que todos los ciudadanos españoles estemos en condiciones de discutir la alineación. Es también probable que lleguemos a la conclusión de que Xavi ha envejecido, que Torres aunque se llevó el la bota de oro no es el delantero centro idóneo para un equipo que juega al toque, es casi seguro de que la mayoría estaremos convencidos de que Arbeloa no es el lateral derecho de la selección y que va a dejar de serlo en el Madrid, donde ya empezó a perder el sitio a pesar de sus complacencias a Mourinho. Por lo ocurrido en Maracaná cabe plantearse la necesidad de contar siempre con Navas para abrir el campo y propiciar llegadas al área con más rapidez de las que crea el tiqui-taca de tanto pase horizontal. La selección solamente ataca por la izquierda con Jordi Alba a quien no se le acaban las fuerzas nunca. Tengo para mí que tras la derrota habrá mucha gente pensando que con la ausencia de Xabi Alonso habría sido aconsejable que ocupara plaza Javi Martínez para que Busquets tuviera ayuda y el centro del campo brasileño no tuviera al balón y lo robara con tanta frecuencia.

Del Bosque rompió sus propios esquemas en el momento en que recurrió a Mata y dejó en el banquillo a Cesc, que en muchas ocasiones había sido el nueve falso y que en este caso habría ayudado a poseer la pelota, cualidad de la que no se disfrutó en el césped de Río. España perdió el norte la noche en que se aguardaba que diera sentencia definitiva al juicio sobre cuál es la mejor selección del mundo. No pudo ser y ahora vamos a rasgarnos las vestiduras y mesarnos los cabellos. La Roja ha ganado títulos suficientes para que se le pueda conceder, como mínimo, el beneficio de la duda. El Mundial está a un año vista y se supone que los jugadores no llegarán tan quemados como esta vez. En Suráfrica se perdió con Estados Unidos gracias al gol marcado por Altintop, jugador que nunca pudo triunfar en el Villarreal y luego se ganó el Mundial. Caer contra Brasil no es desdoro. No es el equipo de Pelé y Garrincha. ni los de Gerson, Zico, Sócrates y Romario, pero sigue teniendo prestigio suficiente para que se crea en sus posibilidades. Y más, en casa donde el Maracanazo es historia lejana.

Era de esperar que tras el fracaso hubiera gentes que comenzaran a desmitificar el juego del Barcelona. Toda su argumentación quizá no tenga total validez si se piensa que ha fichado a Neymar y éste aportará nuevos argumentos a su juego. Los mismos que en Maracaná.