Era previsible, que al igual que ha ocurrido en otros países, con la aparición de las casas de apuestas surgieran los intentos de adulteración de resultados. Con las quinielas es mucho más difícil porque se trata de manipular demasiados resultados para obtener gran beneficio. Y además, siempre cabe la posibilidad de tener que repartir con otros acertantes. Las apuestas sobre cosas tan simples como un resultado se prestan más al enjuague. A principios de año, la Europol denunció que por medio de una trama centrada en Singapur fueron manipulados 380 partidos en Europa y 300 en el resto del mundo. Ello generó hasta ocho millones de euros de beneficios y ciertos sobornos llegaron a los 100.000 dólares.

Los pronósticos en partidos de fútbol tienen prestigio en algunos países, pero también en otros la legislación prohíbe exhibir marcas de casas de apuestas. El Real Madrid, por ejemplo, ha tenido que cambiar sus camiseta en alguna ocasión porque en el país visitado está prohibida la publicidad de este tipo de empresas.

Hace más de un año que la Liga y el Consejo Superior de Deportes acudieron a la Fiscalía General del Estado para advertir de que pondrían en su conocimiento dudas sobre determinados resultados. En la pasada temporada todo quedó en vana promesa, pero en esta parece que el asunto se ha tomado más en serio. Que haya sospechas sobre tres equipos de Primera y seis de Segunda, es asunto que puede calificarse de extrema gravedad si finalmente se confirman los hechos.

De los italianos siempre se ha dicho que son maestros en esta clase de desmanes, aunque se debe hacer constar que cada vez que aparece una historia y se constata su veracidad, la sanción es automática. Los italianos son mucho más estrictos en estos menesteres hasta el punto de que no tienen el menor empacho en mandar a Segunda a un club como el Milán, el Inter o la Juventus. No les tiembla el pulso para castigar tan duramente que algunos clubes han tenido que empezar un campeonato con un determinado número de puntos en contra que hay que recuperar durante el torneo. Aquí no habría quien se atreviera a tomar decisiones de tal calibre si los implicados fueran los clubes más importantes. Al menos contra dos, imposible.

Hasta ahora hemos vivido situaciones tomadas a risa. Hemos visto partidos en que los dos contendientes han pactado el empate y el público ha acabado por pedir el «que se besen». Estos hechos han sido manipulación de la clasificación, pero ni siquiera los árbitros se han atrevido a suspender un encuentro por falta de combatividad y si alguno ha tenido el atrevimiento de incluir la cuestión en el acta nadie ha tomado en consideración el asunto.

Hace unos años no descendió el Alavés. En partido en Mendizorroza el realista De Pedro marcó un gol y pidió perdón al público. Naturalmente venció el equipo vitoriano. Hace un año, en Vallecas, Rayo y Granada pactaron sobre el campo y con un gol en fuera de juego marcado por Tamudo mandaron al Villarreal a Segunda. Solamente Abel, entrenador del equipo andaluz mostró en la banda su desacuerdo porque si hubiera conseguido un tanto el Villarreal ante el Atlético de Madrid, el descendido habría sido el Granada.

Este hecho sirvió para que el entrenador italiano, Marcelo Lippi, dijera que en España también había amaños y para constatarlo bastaba con preguntárselo al Villarreal. Las historias sobre anomalías nos llevarían a los años en que se prohibieron las primas a terceros bajo amenaza de sanción y tampoco pasó nunca nada. El Sevilla recibió compensación económica del Madrid por empatar en Atocha, el año en que la Real perdió la Liga de manera fraudulenta. Si mal no recuerdo, fue el argentino Bertoni quien recibió de manos de una famosa actriz, el maletín con la prima.

Durante muchos años se han publicado presuntos compras, pero a la hora de la verdad el jugador a quien habían hecho la oferta no daba la cara. Y no lo hacía aun cuando muy éticamente había rechazado la oferta. En Madrid hace unos pocos años sirvió de comentarios el Levante por un nunca demostrado amaño en Salamanca. Esta vez hubo cierta mofa porque, encima, el vicepresidente del club era el diputado del PP Vicente Martínez Pujalte, que naturalmente mostró su sorpresa por el asunto.