El traje de Felipe

Ni la Justicia, ni la Iglesia, ni otros estamentos sociales, se han adaptado a la democracia como ha sabido hacerlo el Ejército. De ahí que me parezca incongruente el que el Jefe del Estado se vista de militar en su coronación. No podría resaltarse más el que esta monarquía fue impuesta por un militar que -a diferencia, por ejemplo, de un De Gaulle- obtuvo el poder mediante una cruelísima guerra contra su propio pueblo, al que privó de la democracia hasta su muerte. Si ese dictador militar se disfrazó a veces de civil, francamente no consiguió engañar a nadie. Por su parte, Felipe VI, aunque haya hecho la carrera militar, y sea Jefe del Ejército, como del resto del Estado, no es ya por esa razón, a Dios gracias, que ha sido coronado en un régimen civil y democrático como el nuestro.

El hábito no hace al monje, al menos de momento. Pero, mal aconsejado, al vestirse de militar, aun con la mejor intención, para asumir el máximo cargo de la nación, Felipe VI no puede ser interpretado con ese gesto, y no sólo por los ignorantes, republicanos, e incluso -y, no menos importante a largo plazo-, algunos colegas de profesión, sino como queriendo asumir y reafirmar del modo más visible esos orígenes de su poder.

María José Téllez DiegoMálaga