Charlie Hebdo

No soy partidario del estilo del dibujante Charlie Ebdo. Creo que deben respetarse profundamente aquellos símbolos que representan valores profundos para muchas personas, sean estos cuales sean. Dicho lo cual me gustaría subrayar muy intensamente que lo que está pasando en Francia no es una ataque a la libertad de expresión; es un ataque a la libertad.No hay nada que justifique el asesinato brutal y cobarde de seres humanos, sea cual sea su pecado. No debemos justificar esto de ninguna manera, ni mantenernos al margen como si no fuera con nosotros, porque si va. Tampoco deberíamos caer en la trampa de tacharlo de fundamentalismo religioso. Es fundamentalismo islámico y es violencia terrorista contra todos aquellos que no piensen y acaten las ideas de quienes los practican. Occidente, a pesar de los pesares, de crisis de todo tipo y de decadencias variopintas, es lo que es gracias a los valores que lo forjaron, que forjaron nuestro sistema de vida, cuya base y fundamento es el respeto a todos y a todo, aunque no siempre se cumpla. Esos valores son los que debemos recuperar, si queremos seguir siendo libres. fuera de esos valores, le pese a quién le pese, lo que se encuentra no es el respeto absoluto a todas las personas y formas de vida y de pensamiento, ni la prosperidad ni la libertad...

Francisco Martín Milán. Málaga

¡El cinturón, c...!

Me escandalicé un poco. Porque era una carta a la prensa, muy sensata y bien escrita. Se indignaba con razón de que todavía el 23 por ciento de los fallecidos en tráfico no llevaran puesto el cinturón, pero terminaba con un perentorio: ¡Poneos el cinturón, coño! Sin embargo, recordé al repartidor de volantes electorales que me dijo que cuando añadía a su voceo esa exclamación eran bastantes más los que se aceptaban su folleto, y que en Chile nos llaman «los coños», porque es lo que más decimos. Habrá que mejorar nuestro nivel cultural; pero, mientras, para casos como éste, de vida o muerte, c…, creo que quizá se puede perdonar su uso. Como consuelo, recordemos la menos erótica expresión que es la más frecuente en boca de nuestros vecinos franceses: Merde!

José María Heras Muñoz. Málaga