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Punto final

Francis Tomé

Dos competiciones en una

Una temporada más la Euroliga va avanzando y pronto comenzará la segunda vuelta del Top 16. Cada año tiene más mérito clasificarse para esta fase de la competición. Cada vez hay más equipos con potencial y presupuesto preparados para superar la primera fase, pero esto es directamente proporcional a la dificultad (si no que se lo pregunten a Valencia o Bayern Munich).

Superar el Top 16 se convierte en un sueño para aquellos equipos que no están diseñados con el único objetivo de jugar la Final Four. Es tan dura y larga esta fase de la competición que es difícil que se produzcan sorpresas y sólo los mejores ocho equipos se clasificarán para disputar el play off de cuartos de final que da plaza para la ansiada Final Four de Madrid. Para aumentar la dificultad, y también el valor del premio, ese enfrentamiento de play off se disputa al mejor de cinco partidos, por lo que también es muy complicado que haya sorpresas. Y es que en ese play off es casi imposible ver a equipos que no sean de primerísimo nivel europeo, ese Top 8 está diseñado para equipos como Real Madrid, Maccabi, FC Barcelona, Panathinaikos, CSKA, Olympiakos, Fenerbahce, Efes...

Meterse en ese grupo selecto de ocho equipos es un objetivo casi imposible puesto que sus presupuestos y plantillas y lo larga que es la competición con tantos partidos da pocas ocasiones de sorprender a estos colosos europeos. Estos ocho equipos son los máximos favoritos para disputar esos play off en busca de la Final Four y entre ellos se disputarán las cuatro plazas que hay para Madrid. Esto quiere decir que habrá cuatro que no optarán a ganar este año esta fantástica competición a pesar de los millones de euros invertidos para tal objetivo.

Lo que en ningún caso podremos pensar es que los cuatro clubes que logren su objetivo lo habrán logrado de una manera sorpresiva puesto que en un play off a cinco partidos siempre vence el mejor.

Y aquí finaliza una competición en la que después de dos fases de grupo y unos play off consiguen el premio de disputar la Final Four los cuatro equipos que han demostrado durante toda la temporada que han sido los mejores. La Euroliga es tan dura como justa por lo que nadie podrá discutir que los equipos clasificados para Madrid no sean los que más lo han merecido.

Lo que consiguen es el privilegio de competir en otra competición totalmente diferente, la Final Four, en la que en dos partidos pueden conseguir ser campeones de Europa. Esta segunda competición es mucho más injusta porque con el nivel de los equipos que llegan, cualquiera puede vencer a cualquiera. No siempre gana el mejor, como podemos comprobar año tras año.

Seguro que esto es un detalle que puede parecer ilógico, que una competición de la dificultad de la Euroliga no finalice en un play off final entre los mejores equipos, como pasa en la NBA, play off que dota de justicia al vencedor final. Pero sin embargo, el modelo de «final a cuatro» da muchas otras cosas que también son de respetar y que tienen enorme valor.

Reunir en la misma ciudad a los cuatro mejores equipos de la competición con sus aficiones llena de colorido las gradas del fantástico palacio elegido para el evento. Enfrentamientos a un partido entre esos equipos que añaden a la gran categoría de los jugadores que se citan en la cancha, unas gotas de nerviosismo y tensión. Jugarse el ser o no ser en 40 minutos en los que no cabe que los jugadores franquicia tengan un mal día. Poco margen al error y menos tiempo para rectificar o cambiar la estrategia. Y todo en apenas 48 horas. El cielo o el infierno.

Una competición totalmente diferente a la que llevó a los equipos hasta Madrid pero también maravillosa y digna de seguir. Quizás el único pero sea ese partido por el tercer y cuarto puesto demasiado descafeinado posiblemente.

Así es la Euroliga, una competición que encierra dos formatos diferentes, pero ambos apasionantes y muy divertidos para los aficionados que la devoramos año tras año. Ahora que se va acercando la fase más determinante no nos queda más que seguir disfrutando y, como siempre se dice, que gane el mejor. O no...

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