A estas alturas de verano, donde la mayor parte de los equipos de la Liga Endesa ya tienen conformado el grueso de sus plantillas, como es el caso del Unicaja, que tiene prácticamente cerrada la suya, es momento de echar un primer vistazo a la confección del plantel y ver y hacer un primer análisis del nuevo proyecto en Málaga de Joan Plaza.

Es cierto que en las últimas temporadas, coincidiendo con la llegada del técnico catalán, el conjunto de Los Guindos tiene una inercia positiva y ascendente, que ha provocado que la gente se vuelva a ilusionar con el equipo y que año a año crezca la expectación de la grada. Esto ha convertido a la afición malagueña, como el título de la película en la que participaba el actor malagueño Antonio Banderas, en «El Guerrero nº13».

Un activo importantísimo que el club ha vuelto a recuperar tras algunos años y que junto con la entidad financiera Unicaja Banco, son dos de los pilares sobre los que se sustenta este equipo. Esta masa o marea verde aporta ese plus que todo grupo necesita para dar más del cien por cien en cada partido, pero principalmente en los de casa. Y esos mismos son o somos los que estamos deseando que vaya el balón al aire para comenzar a ver a los nuestros.

A primera vista, tras las bajas y las altas, tengo la impresión de que éste es un equipo que como dirían algunos, «tiene puntos en las manos». Es decir cuenta en las diferentes posiciones con jugadores que anotan con facilidad. Otra cuestión es que una posición en la que muchas veces es difícil encontrar una pieza, como es la de alero alto, este año contamos con tres jugadores de contrastada calidad, aunque alguno pueda jugar en otra posición. También es una plantilla con más físico que la anterior y no me refiero a la altura o kilos del equipo, sino a la intensidad de juego de cada uno de los jugadores.

Comenzando por el juego interior, contamos con Richard Hendrix un pívot que a pesar de no contar con mucha altura, es un jugador enorme, de los que se hacen grandes en la pintura y que va a ser el center referencia del equipo. A él le va a acompañar Fran Vázquez, que ojalá siga en la progresión de estos últimos dos años. Es el techo del grupo y sus interminables brazos pueden ayudar a cerrar junto con Hendrix la zona.

Will Thomas tiene un año más para confirmar las buenas sensaciones que dejó el año pasado. La clave está en que mantenga ese nivel de intensidad, sacrificio y concentración que exhibió la temporada pasada. Parece que Carlos Suárez va a jugar de «cuatro» este año. Su capacidad de trabajo, de sacrificio y de adaptación a las necesidades del equipo hacen que dé igual, lo hará bien donde lo coloquen. Y finalmente tenemos dentro a Germán, cuya mayor virtud, además de su calidad, es su capacidad para saber en cada momento qué le pide el entrenador o que necesita el equipo dentro y fuera de la pista.

El puesto de tres está perfectamente cubierto con dos diamantes como Kuzminskas y Dani Díez, con un potencial ofensivo bárbaro. Los dos escoltas son nuevos (Jamar Smith y Edwin Jackson), pero de contrastada calidad, y grandes anotadores de manera diferente, uno mas en el tiro y otro en penetración y en juego en movimiento. Y por último la posición de base, que es la que a algunos les genera más dudas. Es cierto que la sombra de Granger puede ser alargada, por eso lo mejor es haberlo suplido con un jugador completamente diferente como Nedovic, así evitamos las comparaciones. Tendrá que complementarse con Markovic, que tendrá un papel más importante este año. La plaza nº12 será para un canterano, ojalá sea Alberto Díaz, que ejercería de tercer base.

Por último, el equipo tiene otra gran virtud: ofrece numerosas y ricas alternativas y opciones diferentes de juego. Ahí tendrá un papel fundamental su entrenador.