Bueno, pues Málaga se quedará sin la Agencia Europea del Medicamento. Parece que a estas alturas el gran proyecto de De la Torre para Málaga es seguir en el cargo.

Hace no mucho, en una entrega de premios, un periodista le preguntó al regidor (en petit comité) si tenía algún gran proyecto para el último tramo de su mandato. El alcalde le contestó con una larga alocución, uno de esos mini mítines-chapazos a los que acostumbra, que no obstante suelen ser amenos, si bien no exentos de prolijidad, o sea, un poco largos y con cierta dificultad por parte del interlocutor para introducir no ya palabras, si no también interjecciones o incluso onomatopeyas del tipo ´ajá´. Traer la Agencia del Medicamento. Ese era uno de los grandes proyectos, dijo. No va a poder ser. Y es una lástima.

El miércoles, a una propuesta del PdCat (la antigua Convergencia, la del tres por ciento, la corrupción, el trinque como norma y el golpista de Artur Mas) la mayoría de partidos votó que España apoye la candidatura de Barcelona para acoger este organismo. Que más que organismo es un monstruo: 900 empleos, miles de reuniones anuales con otros tantos visitantes, etc. O sea, un puntazo. Los indepes catalanes piden la ayuda del Estado y el Estado se la da. Y hace bien, Barcelona es gran y atrayente ciudad, cosmopolita, catalanísima y por ende española. Mestiza, dotada de grandes atractivos. Claro, lo malo es que en Málaga nos quedamos con una aspirina para la decepción, si acaso. Gatillazo. Fallo. Inclusive hablaríamos de decepción ciudadana si es que alguien en la calle se ha enterado de que optábamos a esto.

No es culpa de nadie aunque se echa en falta cierto lobby malagueño ajeno a partidismos y formado por políticos de aquí en Madrid que hicieran algo conjuntamente. Nos vamos a quedar con las ganas. De eso y de la Agencia del Medicamento. Los diputados de diversas adscripciones por nuestra sufrida circunscripción se saludan en el AVE y hasta a veces se invitan a café. Hablan muy seriotes o se gastan alguna chanza y ya cada uno a su asiento y qué buen día hace y ya vamos por Córdoba y tal. Toman esto como ejemplo de no sectarismo, siendo como es nadería y cortesía, no criticable pero poco productiva. Hay las mismas ganas de cooperar y hacer frente común como de comerse un yogur caducati. Un medicamento contra cierta ralea es lo que hay que tomarse.