Pues no, no es frecuente ligar en el Senado, apenas se conocen casos. Un senador por Málaga dice que no se encuentra a ninguna compañera de la Cámara Alta en su hotel, bien es cierto que están repartidos entre muchos hoteles de Madrid. ¿Y los emolumentos? Un senador cobra 2.800 euros más otros 1.800 si es de provincias -en el caso de Madrid solo más 800-, la verdad es que no es una gran cantidad, por eso no se explica el por qué de muchas críticas dirigidas a sus señorías, «los parlamentarios andamos escasitos», dice otro senador por Málaga, éste de derechas, y apunta que el portavoz sí percibe una cantidad mayor, 2.000 euros más, lo que tampoco es para tirar cohetes. Sí hay que recordar el caso del ex presidente extremeño José Antonio Monago, también senador, y su novia cubana, Olga M. H., que vivía en Tenerife, a donde viajó un total de 35 veces a un coste de mercado de unos 1.000 euros por cada vuelo con cargo al erario público. Pero una flor no hace primavera.

El caso es que hubo una vez un autobús ateo, el de Ariane Sherine y Richard Dawkins, que en 2008 circulaba con la leyenda de «Probablemente Dios no existe. Deja ya de preocuparte y disfruta de la vida».Es lo que le ha faltado a hazteoir.org, el «probablemente», como dice Arcadi Espada. Pero en este asunto hay que escuchar a los que saben, caso de Adolf Tobeña, catedrático de psiquiatría y autor del libro Neurología de la maldad, que dice que los malvados ya nacen malvados y que la carga ideológica explica el 70 por cierto de la propensión a hacer daño y a no sentir el dolor ajeno; el azar y las compañías influyen el 30 por ciento. Pues ya lo saben, no frecuenten a fulanito y menganita y así hacen dieta. Pero odio el de Pablo Iglesias y sus conmilitones, al que le ha pedido la Mesa del Congreso que moderen sus formas -Cañamero se encaró con el ministro de Justicia con sendas fotos de Urdangarín y el delincuente con sentencia firme Bódalo-. A estas alturas qué vamos a descubrir del señor diputado si ha pedido que se descarte el enaltecimiento del terrorismo como delito o recibe a las familias de los presos que patearon a dos guardias civiles en Alsasua, ¿hay dudas de con quienes está? Eso sí, el Supremo de su elogiada Caracas teledirigido por Maduro se carga el Parlamento. Si gobernara aquí, no les digo. Las CUP, mientras tanto, atacan la sede del PP en Barcelona para exigir una consulta ilegal, ¿hay detenidos? Ni uno. Así se defiende el Estado de Derecho, mirando para otra parte mientras silbamos el puente sobre el río Kwai.

Y Sichar, Gonzalo, firma el manifiesto de apoyo a ese embrión de partido de centro izquierda, Ahora Plataforma, del ex líder de UPyD Gorka Maneiro. En su casa naranja no se sorprenden, yo lo que digo es que una cosa es que sea útil -en el Ayuntamiento y la Diputación- y otra que sea indispensable, porque en cualquier momento cambia la política de pactos y entonces está muerto, políticamente, claro, y eso que me cae bien. Como ha sido cesado Luis Carlos Abreu como secretario general de la subdelegación del Gobierno, silenciosamente.

Lo que ya me parece surrealista es que los manteros amenacen con marcharse a su país, ¿y quién les retiene? Unos cien se concentraron el pasado 28 ante el Congreso de los Diputados para exigir la despenalización de la venta ambulante, acto organizado por la Asamblea de Sin Papeles de Madrid, nombre que ya lo dice casi todo.

Sucede también que el Supremo sentencia que acusar a una compañía de «terrorismo empresarial» no es delito y así, poquito a poquito, se hace camino al andar y al volver la vista atrás ya no conoces a España ni a su mamá, que decía Guerra. Se trata de un caso de CNT contra la empresa DHL. ¿Y si la empresa dijera que el terrorismo es de CNT? Menos mal que Dani García reúne un año más a los mejores cocineros para rendir tributo a Nobu, impulsor de la cocina nipona. Enrique Gil y Carrasco escribía, en la primera mitad del XIX, no de cocina sino del amor:

Flor deliciosa en la memoria mía,

ven mi triste laúd a coronar,

y volverán las trovas de alegría

en sus ecos tal vez a resonar

cima@cimamalaga.com